Por Sergio Mejía Cano
Actos vandálicos en las manifestaciones
imagen: Noticieros televisa
Por Sergio Mejía Cano
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se refirió en su conferencia matutina del día 08 de marzo, día en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, al porqué se tuvo que enrejar el Palacio Nacional, pues si bien este día se manifiestan las mujeres para reclamar las agresiones sufridas, también se hacen presentes otras más radicales que quieren destruir o destruyen todo a su paso, pues portan martillos, sopletes, marros y hasta bombas molotov, por lo que fue necesario amurallar prácticamente el histórico palacio que es de todos los mexicanos.
Señaló AMLO que recibió protestas de unas mujeres panistas precisamente por haber puesto esas rejas, como una tal Kenia y, desde luego, Xóchitl Gálvez, así que por eso tuvo que dar respuesta a esa pregunta, pues no se puede permitir que hicieran algún destrozo al Palacio Nacional o que trataran de incendiarlo, porque eso sí sería nota a nivel internacional al mencionar un acto vandálico de tal naturaleza. Y, a propósito de vandalismo, reconoció que, si bien hay mujeres con convicciones firmes y reclamos auténticos, también podría haber infiltrados para hacer destrozos a los edificios y monumentos antiguos o que simbolizan la historia de nuestro país.
En las redes sociales y algunos portales de medios informativos de internet, se dio a conocer que en varias ciudades sí hubo pintas y destrozos a inmuebles, monumentos y hasta templos; también ventanales rotos, jardineras destruidas, etcétera. ¿Y todo con qué fin o propósito? Desde siempre ha quedado claro que violencia llama violencia, así que si quienes se dedicaron a hacer dichos destrozos y pintas lo hicieron con el fin de provocar a las autoridades, quedó muy claro que no se les hizo caso alguno a estos actos de violencia que en sí, a nada llevan en lo absoluto, sino a hacer ganar a las personas que posteriormente se dedicarán a reparar esos daños y despintar paredes, un gasto que, obviamente ya podría estar contemplado en el presupuesto de egresos en los gobiernos de los tres niveles: federal, estatal y municipal; pero, después de llamar la atención mediática y momentáneamente, de ahí no pasa y tan, tan, fin del asunto y hasta la próxima manifestación.
Haciendo memoria, ¿alguien podría decir de cuándo a acá las manifestaciones se tornaron violentas y destructivas? Porque es bueno recordar que, anteriormente las marchas pacíficas como las que se dieron en los años 60 y 70 del siglo pasado fueron reprimidas violentamente y, ahora que causan destrozos de todo tipo, no hay macanazos ni tanquetas con chorros de agua a presión ni nada por el estilo. Así que se podría afirmar que posiblemente a alguien le convendría que llegara a haber algún tipo de represión en contra de una manifestación como las de hoy en día que son destructivas, para así, hacer ver a la opinión pública tanto nacional como extranjera que en México sí hay dictadura; sin embargo, hasta ahora no ha cuajado ningún tipo de provocación por parte de quienes no están conformes con la actual administración federal.
Si con los actos violentos en el estado de Tamaulipas el Gobierno Federal está siendo culpado por los adversarios de AMLO en todas sus formas mediáticas y hasta apoyadas por algunos congresistas norteamericanos, así que en caso de que se llegara a reprimir una manifestación por la violencia manifiesta, AMLO no se la acabaría con las críticas que se vertieran en contra de su administración. Lo bueno es que no hace caso a provocaciones de ningún tipo y deja que esos adversarios descarguen sus frustraciones y complejos destruyendo y pintando monumentos históricos.
Lo malo en estos hechos es que se han dado casos que no nada más los monumentos, templos y edificios históricos han sufrido daños por el vandalismo, sino hasta locales comerciales a cuyos dueños, muchas de las veces los dejan chiflando en la loma por parte de las autoridades las que, muchas veces prometen intervenir para reparar los daños causados y pasa el tiempo y nada de nada que reciben ningún tipo de apoyo dejando a los dueños de esos comercios tener que rascarse con sus propias uñas al tener que apoquinar con los gastos de reposición de vidrieras, mercancía, paredes, puertas y ventanas.
Quienes impulsan esos actos vandálicos, deberían de tomar en cuenta que a la mayoría de los ciudadanos nada más les generan morbo, lástima o tristeza; pero que, en sí, en realidad no afectan más que al presupuesto, al erario, dinero que, en sí, precisamente es del propio pueblo.
Sea pues. Vale.
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