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La felicidad de la añoranza 

LA SERPENTINA  

POR GUILLERMO AGUIRRE 

La felicidad de la añoranza 

Vaya regalo del Director General de Meridiano, al reunir a enciclopedias humanas, como regalo de año nuevo. 

Pues miren ustedes que hay personas detallistas y cuidadosas para dar sorpresas agradables,  uno de ellos y quiero reconocerlo y decirlo públicamente es el psicólogo JORGE ENRIQUE GONZÁLEZ CASTILLO, a la sazón Director General del periódico impreso MERIDIANO DE NAYARIT, en donde colaboramos varias personas en el área de opinión, es decir, participando con columnas de opinión y a quienes tuvo la probidad de brindarnos un tiempo de deleite entre nosotros invitándonos a convivir bajo el pretexto de un desayuno con motivo de este año 2023, aunque quiero decir que en el marco de este desayuno y ya con el embeleso de estar muy contento de vernos a todos-de la cuarta edad la mayoría- nos dijo que su idea era la de invitarnos a comentar y desayunar por lo menos cada dos meses, cosa que dudo por las ocupaciones de él en primer lugar y del resto de amigos colegas que me complací en saludar y verlos. 

Bueno, pues el hecho es que en Casa Violeta, un restaurante ubicado en Lomas de la Cruz, convidados por el licenciado JORGE ENRIQUE GONZÁLEZ CASTILLO, estuvimos: José Luis Olimón, Julio Casillas Barajas, Juan Alonso Romero, Ernesto Acero, Raúl Ortiz Bupunary, Enrique Martínez, Rafa Vargas Pasaye,  Óscar González Bonilla, el propio anfitrión Jorge Enrique González Castillo, Mariana Cortés, y su humilde servidor Guillermo Aguirre Torres

Ciertamente leí un comentario muy acertado cuando alguien publicó en redes, la foto en donde estamos todos los mencionados líneas arriba, tal comentario expresaba que se había tomado dicha gráfica porque existía la posibilidad de que el próximo año, el 2024, si es que somos nuevamente convocados por el director general de Meridiano, algunos de los que en esta ocasión estamos en la fotografía del recuerdo, seremos sólo eso, un recuerdo y quizá un  vago comentario de alguien diciendo: “ahí se sentó perengano o mangano”, porque en efecto, esa es la realidad de quienes estuvimos en este grato desayuno-convivio, y en la lógica de la vida, estamos más cerca de terminar nuestra participación en el planeta tierra como seres vivos, que quienes hoy son jóvenes, lo repito, en la lógica de que se van primero las llamadas personas vulnerables, que en el caso que comentamos, éramos la mayoría. 

Lo que quiero decirles que en : José Luis Olimón, Julio Casillas Barajas, Juan Alonso Romero, Ernesto Acero, Raúl Ortiz Bupunary, Enrique Martínez, Rafa Vargas Pasaye,  Óscar González Bonilla, Jorge Enrique González Castillo, y Mariana Cortés, existen verdaderos tesoros de experiencia, cada uno de ellos, encierra en su vida, conocimientos de todo tipo, desde trabajos oficiales, religiosos, arquitectónicos, de servidores públicos de alto rango, maestros universitarios,  y de periodistas muy, pero muy vividos y con anécdotas que son a veces inverosímiles, sorprendentes pues. 

Y es que los viejos, exceptuando a la arquitecta MARIANA CORTÉS, y quizá un poco a RAFA VARGAS PASAYE, que si bien, no es un hombre de la tercera edad, tampoco es un muchacho de edad universitaria, se deleitan en primer lugar, recordando ante un público que los escucha con atención, sus viejas hazañas, cuando conocieron a presidentes del país de hace décadas, cuando conocieron y convivieron con gobernadores del estado, cuando fueron síndicos o secretarios del ayuntamiento. 

Como le dije a JORGE ENRIQUE, en esa reunión en donde ya leyeron ustedes los nombres de los asistentes, el más chimuelo masticaba fierro, es decir, puros viejos lobos de mar, muchas fueron las proezas, las gestas, las hombradas, que escuchamos a la hora de presentarnos en la mesa del convivio, por eso, no relataré ninguna de las escuchadas, porque ofendería a aquellos de quienes no pudiera por falta de espacio decir algo de lo que a su vez dijo. 

Lo cierto es que JORGE ENRIQUE, supo hacer feliz a un grupo de hombres y a una mujer, cuyo fin al escribir en MERIDIANO DE NAYARIT impreso, no es ganar un premio de periodismo, no es tampoco cobrar honorarios por colaboración, no es ser mencionados en los eventos culturales, no es ver su nombre escrito en el periódico, pues en el caso por ejemplo de quien esto escribe, tengo más de 30 años viendo impreso mi nombre en los periódicos que usan tinta, aclaración hecha porque ahora hay periódicos digitales, y es el caso de la mayoría de los asistentes, así que estamos ahí porque tenemos mucho que compartir, y esperamos seguirlo haciendo con el gusto de siempre…hasta mañana 

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