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¿Sirven de algo los terremotos? 

LA SERPENTINA 

POR GUILLERMO AGUIRRE 

¿Sirven de algo los terremotos? 

**Sismos como el de ayer y el de hace 27 años, enseñan que ante un fenómeno de esta naturaleza estamos totalmente indefensos, y que lo único que nos queda es invocar la misericordia divina 

Hace casi 27 años, digamos que para ser exactos, hace 26 años con 11 meses,  el 9 de octubre de 1995, ocurrió el último temblor que nos causó terror y sobresalto a los tepicenses, no digo a los nayaritas, porque los temblores, sismos, terremotos, o movimientos telúricos, como usted quiera llamarles, no afectan por igual a toda una población, situación que tiene qué ver con muchos factores, tales como la localización del epicentro, la franja en la que pega el movimiento, y otras circunstancias más que no es el momento de ampliar. 

Lo que les quiero decir es que ese día 9 de octubre de 1995, íbamos  los compañeros del periódico Meridiano de Nayarit, a tomar café en el restaurante del hotel Fray Junípero, nos reuníamos ahí juntamente con el Director General el doctor DAVID ALFARO, (qepd), para ahí elaborar la agenda del día, los lugares en donde los reporteros tenían que ir a cubrir entrevistas, eventos, etcétera. 

Caminamos del edificio del Meridiano ubicado en la calle Zapata, a escasas dos cuadras de la plaza principal, lugar donde estaba el restaurante, eran las 8 de la mañana, con 35 minutos, y estábamos en la plaza principal, cuando sentimos que el piso se empezó a mover intensamente, y vimos que las campanas de Catedral tocaban levemente, pero que se movían en forma inusual, de inmediato supimos que era un terremoto, luego sabríamos que el epicentro había sido en Colima, y que fue grado 7 en la escala Mercalli, y claro que al igual que el día de ayer, todo fue un caos, en las escuelas tuvieron que salir los niños al patio a la calle, las oficinas de gobierno suspendieron actividades, y se dictaron algunas medidas de seguridad, como justamente se hizo el día de ayer, sobre decirles que esa fue la agenda informativa del 9 de octubre de 1995, todo se relacionó con el sismo, la información en las escuelas, en los negocios, en la cárcel, en las oficinas de gobierno, los casos de personas afectadas en su salud por causa del temblor, etcétera, etcétera. 

Al igual que el temblor de ayer, en el de 1995, no hubo vidas que lamentar, cuando menos en Tepic, y las ondas sísmicas duraron poco más de un minuto, gracias a Dios, casi como ayer, también gracias a Dios. 

Hasta aquí la historia, lo que me quedó claro con los dos terremotos de regular intensidad que hemos vivido los nayaritas, es que simplemente estamos indefensos, ante una adversidad como un movimiento telúrico, no sólo los nayaritas, sino cualquier persona está expuesta a lo que ocurra sin mucha defensa, salvo su fe en Dios, y las pocas alternativas que tiene de mantenerse segura entre comillas, pues seguridad total ante un fenómeno de esta naturaleza, no existe. 

Y es que un terremoto, ​ temblor de tierra o movimiento telúrico, es la sacudida brusca y pasajera de la corteza terrestre producida por la liberación de energía acumulada en forma de ondas sísmicas.  

Los más comunes se producen por la actividad de fallas geológicas. También pueden ocurrir por otras causas, como por ejemplo, fricción en el borde de placas tectónicas, procesos volcánicos, impactos de asteroides o cualquier objeto celeste de gran tamaño, o incluso pueden ser producidos por el ser humano al realizar detonaciones nucleares subterráneas. 

Así que ante un fenómeno de esta naturaleza, francamente lo único que podemos es encomendarnos a Dios y reconocer que la fuerza de la naturaleza, es una fuerza que bien podría ser previsible, como cuando se nos avisa que pegará tal o cual huracán con fuerza en determinado lugar, o punto, eso sólo sabemos, que pegará en Nayarit, Colima, Sinaloa, etcétera, pero lo que nos vaya a ocurrir como consecuencia de estos inesperados e incalculados vientos, nadie lo puede determinar, salvo decir que se recomienda a la población que se resguarde. 

Y eso en el caso de los huracanes, porque en el caso de los terremotos, ¿cuándo va a saber uno que habrá una liberación de energía de la corteza terrestre y que eso causará una sacudida brusca?. 

O ¿cuándo sabremos que habrá una falla geológica, o que habrá fricción en el borde de las placas tectónicas?, simplemente nunca, de hecho me quedo y comparto la última información oficial de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que compartiendo un comunicado de la Coordinación Nacional de Protección Civil, y del Servicio Sismológico Nacional, dice: LOS SISMOS NO SE PUEDEN PREDECIR Y A LA FECHA NO EXISTE NINGUNA INSTITUCIÓN O PERSONA EN EL MUNDO QUE HAYA TENIDO ÉXITO EN SEÑALAR, FECHA, HORA, MAGNITUD, Y LUGAR EXACTO DONDE OCURRIRÁ UN SISMO; así que amigos a encomendarnos a Dios y su misericordia…hasta mañana 

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