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Más que organismos, oficinas, instituciones y asociaciones civiles, se requiere del amor para resolver situaciones que parten el corazón.  

LA SERPENTINA

 POR GUILLERMO AGUIRRE 

Problemas de fondo 

Más que organismos, oficinas, instituciones y asociaciones civiles, seguramente se requiere del amor de cada uno para resolver situaciones que parten el corazón  

Recibo un boletín informativo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en donde me informan que esta secretaría a través de la Policía Estatal adscrita a la Unidad de Protección para la Mujer, resguardaron a una menor que era obligada a vender palomitas y duritos en los carriles de la avenida Aguamilpa y sufría violencia familiar.  

Lo anterior se derivó a una denuncia ciudadana, en el que alertaban que la menor corría riesgo de ser atropellada, por lo que las y los oficiales acudieron al lugar, donde observaron a la jovencita entre los carriles con una bolsa que contenía palomitas y duros. 

Lo anterior puede ser desde el punto de vista de algunos de ustedes bueno o malo, me refiero a la primera información que la adolescente-luego verán que tenía 11 años de edad- vendía palomitas y duritos, esas botanas tan populares en los cruceros de la capital, y digo bueno o malo porque algunos dirán que qué bueno que la niña trabajaba en algo, para que supiera como se gana la vida, como se obtiene dinero honrado, los que vean mal esta acción de la niña, dirán que con once años de edad, es para que estuviera en su casa, desayunando, viendo la televisión o las redes, su teléfono celular, pero ocurre que ambos puntos de vista en el caso que nos ocupa son equivocados. 

Pues el caso es que los agentes de seguridad, viendo que la niña parecía como estar muy débil, daba serias muestras de no estar bien alimentada, no me aventuró a decir que estaba anémica porque esto ya requiere de un diagnóstico médico, pero si a asegurar que la niña o adolescente, se mostraba famélica, sumamente desnutrida. 

Así que cuando los elementos de la Unidad de Protección para la Mujer, abordaron a la menor, ella dijo tener 11 años de edad, y aquí viene lo que les digo, la pobreza, el abandono, la falta de afecto, son los verdaderos problemas de fondo, contra los que debemos de luchar, y quizá luchar en forma casi personal, es decir sin esperar la intervención de un organismo, oficina, o institución que oficialmente se dedique a resolver los problemas de cientos de niños, niñas y adultos, que no tienen en donde encontrar reposo. 

El caso es que la niña manifestó que su tía y el esposo de ésta tía, la mandan a vender diariamente a ese lugar, -la avenida Aguamilpa- pero esto de que la manden a vender quizá sea explicable por situaciones de pobreza, nada más que la niña además  informó que su tía no le permite ir a la primaria y únicamente cursó el tercer año escuela, es decir se quedó en tercero, cuando ahorita debía estar en quinto o sexto año. 

Otra cosa que destroza el alma es que la niña reveló que no le proporcionan alimento suficiente, es decir la niña simplemente es explotada por la tía y el esposo de ésta, la mandan a vender como vil esclava, y de comida nada, pues seguramente la tía piensa que come mucho, imaginen ustedes a una adolescente, en plena etapa de crecimiento, cuando el cuerpo les pide a estas personas, niños y niñas de esta edad,-once años- mucha comida, les demanda energía, porque su cuerpo está evolucionando físicamente, está creciendo pues, y si ni siquiera alimentos básicos le echas al cerebro, sabrá Dios las consecuencias. 

Ahora sorpréndanse de la humanidad con las respuestas de la familiar, pues cuando la niña fue llevada al domicilio de la tía para recabar información de la mamá, en ese momento la tía salió molesta y les dijo a los elementos que la mamá no vivía en Tepic y que padecía de una enfermedad mental, de ser cierto pues, la pequeña tiene una mamá con esquizofrenia y una tía avara, mezquina, miserable. 

Porque además la tía les preguntó a los oficiales que, si se llevarían a la menor, le dejaran el dinero de la venta y la mercancía, o sea los duritos y las palomitas, nada qué ver con una actitud de lastima por la niña, de afecto, de comprensión, simplemente, “si se llevan a mi esclava, déjenme las pertenencias”. 

Así que la historia termina cuando los oficiales trasladaron a la adolescente, de 11 años de edad, hacia las instalaciones de la autoridad competente para continuar con los trámites correspondientes y posteriormente quedó a resguardo de la Procuradora de la Defensa de Niñas, Niños y Adolescente.  

Mientras tanto, en un país como el nuestro, en donde a veces no se hacen acciones, si no se sacan en el Facebook, o alguna plataforma cibernética, esperaremos que Dios bendiga a la indefensa y abandonada niña, y nos reportamos listos para ayudar en lo que se nos pida…hasta mañana 

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