CON PRECAUCIÓN
En el pecado llevaron la penitencia
Por Sergio Mejía Cano
Pues ahora sí que, parodiando al espurio, Felipe Calderón Hinojosa, por su frase: “haiga sido como haiga sido”, lo hecho, hecho está y, por lo que se ve no habrá vuelta de hoja en cuanto a los resultados de las pasadas elecciones para reformar al Poder Judicial.
De inmediato adversarios y opositores a la actual administración federal pusieron el grito en el cielo debido al abstencionismo tan evidente que se vio, aduciendo la mayoría de la oposición que, por lo mismo, no pueden ser válidas estos pasados comicios que, en cierta forma ya marcaron un precedente histórico en nuestro país al ser el pueblo quien ejerció su derecho para elegir quienes tienen que impartir la justicia para toda la población sin miramientos de si, como hasta ahora, son ricos o pobres, güeros o morenos, con influencias o sin ellas, sino justicia y solo justicia, sin que medien dádivas económicas o en especie para que los jueces se hagan de la vista gorda.
Ahora lo bueno de estas pasadas elecciones es que no se puso en la Reforma Constitucional para reformar al Poder Judicial un tope de un tanto por ciento del padrón electoral para que pudieran ser válidas, tal y como sucedió cuando se dio la consulta para ver si se juzgaban a los expresidentes, consulta que no prosperó precisamente por haber un tope que determinaba que, si no votaba por lo menos el 40 por ciento del padrón electoral no tendría validez el resultado del referéndum.
Así que ahora, así haya participado, como se dice oficialmente nada más aproximadamente el 13 por ciento de los electores o hasta menos, los resultados serán válidos de todas formas y sin que haya marcha atrás.
El problema es que la oposición sigue tratando de engañar a quien se deje, tal vez creyendo que su llamado a no votar fue el que determinó que la participación del público elector haya sido muy baja, aunque no sea así, pero siguen con su cantaleta de que impugnarán las elecciones y que la cancelarán, etcétera. Pero ya ni yendo a bailar a Chalma se van a revertir esta elección y ni sus resultados.
Y, a propósito del llamado de la oposición a no votar, pues se podría decir que en el pecado llevaron la penitencia, ya que pudieron haber tomado esta oportunidad para promover a los suyos; sin embargo, se ahorcaron solos todos los que clamaban que no se acudiera a votar, no nada más los dirigentes de los partidos políticos de oposición, sino también sus corifeos, seguidores y gente que se fue con la finta para no acudir a cumplir con su deber cívico y el derecho a elegir a quienes caerá en sus hombros la impartición de la justicia. Aunque también hay que reconocer que hay muchos mexicanos de ambos sexos que tal vez no fueron informados debido a una palpable campaña baja y pocas facilidades para que se pudieran promover los mismos candidatos y candidatas para ocupar cargos de jueces, magistrados y ministros y, también volvió a resurgir en algunas persona que para qué votaban si siempre es lo mismo; posiblemente sin tomar en cuenta que estas elecciones no serían como las tradicionales, sino que ahora significaban tener que acabar con corrupción, nepotismo y, desde luego, favoritismos.
Opositores y adversarios a la actual administración federal, también conocida como la Cuarta Transformación (4-T), están echando mano a toda clase de pretextos para desprestigiar en lo posible las pasadas elecciones para reformar al Poder Judicial, porque también han sacado el pretexto de los dichosos acordeones que, se dijo en su momento, se anduvieron repartiendo entre gran parte de la población; lo que en realidad se podría ver como una falta de respeto para las personas que tomaron esos acordeones, pues ni modo que la mayoría les fuera a hacer caso a sus contenidos, para nada. Sin embargo, por más capacidad mental que pudiera tener alguien, prácticamente era imposible grabarse los nombres de todos los aspirantes que participaron en las elecciones, salvo quienes han estado inmersos en la política o les interese estar informados ya sea mediante la televisión o en las redes sociales, periódicos, revistas etcétera y, que por lo mismo, supieran quiénes eran los candidatos, aunque es obvio que, por más informados que estuvieran algunas personas, prácticamente es imposible que se conocieran a los locales, quizás a los de los cargos federales, pero lo más probable es que no a todos.
Así que, por más que se diga, un acordeón personal era necesario para llevar anotados algunos de los nombres y currículos de candidatas y candidatas.
Sea pues. Vale.
Más historias
No es lo mismo un estadio de futbol que una unidad deportiva
NUEVO ESTADIO DE FÚTBOL EN NAYARIT
Ahora un mixteco a la Suprema Corte de Justicia de la Nación