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Una intervención mexicana que no debió ser

CON PRECAUCIÓN

Una intervención mexicana que no debió ser

Por Sergio Mejía Cano

Este pasado lunes 26 del presente año, en el periódico Nayarit Opina, el destacado periodista nayarita, licenciado, Ezequiel Parra Altamirano, rememora el 80 aniversario de la entrada al combate del Escuadrón 201, en las islas filipinas en el verano de 1945. Si bien el conflicto ya estaba por concluir en Europa y, en agosto concluiría definitivamente con Japón, aun así, México tuvo su participación en este conflicto bélico, más conocido como la segunda guerra mundial.

Históricamente se dice que nuestro país no tuvo otra opción, a pesar de su neutralidad y por así establecerlo nuestra Carta Magna, en lo referente a lo no intervención y a la resolución pacífica de las controversias, debido a que supuestamente submarinos alemanes habían hundido en mayo de 1942 dos buques petroleros de bandera mexicana: Potrero del llano y el Faja de Oro, el primero frente a las costas de Florida y el segundo, en las cercanías de la isla de Cuba.

Supuestamente, porque ya mero iban a andar merodeando las costas norteamericanas los alemanes, tal y como se han mostrado de desconfiados desde siempre los gobiernos estadounidenses. El pretexto del hundimiento de los buques mexicanos fue porque dizque llevaban petróleo al vecino país del norte para abastecerlo, precisamente por haber entrado a esa guerra después del ataque a Pearl Harbor, en Hawái, el 07 de diciembre de 1941.

Está plenamente documentado que el gobierno gringo de aquel entonces ya sabía del ataque que haría la nación nipona porque precisamente el mismo gobierno estadounidense los había obligado a los japoneses con presiones económicas de todo tipo y nada más jugando en las conversaciones al respecto. De ahí que, pocos días antes del ataque de los japoneses a Pearl Harbor, la armada gringa sacó de ese puerto hawaiano los destructores más nuevos y mejor armados, dejando ahí a los barcos más viejos y menor capacidad bélica. Se dice que al gobierno gringo no les importó en lo más mínimo la pérdida de vidas de sus soldados estacionados en Pearl Harbor, pues el sacrificio valía la pena debido a que la gran mayoría del pueblo estadounidense no estaba de acuerdo a que los Estados Unidos entrara al conflicto en Europa, pues ni les iba ni les venía. Sin embargo, al día siguiente del ataque del 07 de diciembre de 1941, según está documentado, los centros de reclutamiento para el ejército gringo estaban abarrotadas de jóvenes clamando justicia; y así, el gobierno de los Estados Unidos se frotó las manos por lo que significaba para su economía entrar a esa guerra tan lejana.

Si la vida de sus propios conciudadanos no les ha importado en lo absoluto a los gobiernos estadounidenses, menos les ha importado la vida de los habitantes de otros países con tal de obtener ganancias y dominio sobre otras naciones, porque si bien, los Estados Unidos no fueron los triunfadores en la segunda guerra mundial, sí ganó, y mucho con la posguerra, dominando económicamente a la mayora parte de los países europeos, parte de Alemania, paradójicamente, país que fue la que inició toda esa tragedia. Claro que con la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS, es decir, Rusia, la que fue la verdadera triunfante en ese conflicto, los USA no pudieron hacer nada, pues tenían presente que, a pesar de haber perdido más de 25 millones de habitantes, Rusia mostró y demostró una decisión prácticamente incapaz de ser vencida, por lo que los Estados Unidos se la pensaron mejor y determinaron hacer mejor la llamada guerra fría, echándole tierra mediáticamente e indisponer al hemisferio occidental en contra de la URSS, denominándolo el demonio rojo.

Así que con esa maldad que le han demostrado al mundo los gobiernos estadounidenses que no se tocan el corazón ni para con sus propios ciudadanos, a poco iban a permitir que submarinos alemanes se acercaran a las inmediaciones del Continente Americano y permitiendo la casualidad de hundir dos buques de bandera mexicana y no mejor atacar instalaciones militares ya fuera en la península de La Florida o en Cuba que, en ese entonces la isla mayor de las Antillas era prácticamente un burdel de los gringos.

Así que resulta por demás inverosímil e inaudito que los alemanes, en el hipotético caso de que hubiesen llegado hasta las puertas de los Estados Unidos y no atacarlo de una vez, prefiriendo atacar a un país que abiertamente se mostraba neutral y, además, con muy poco poder bélico; un país que aún resentía los rescoldos de su revolución 20 años atrás.

Sea pues. Vale.

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