CON PRECAUCIÓN
Posible grado de explosividad
Por Sergio Mejía Cano
Respecto a las explosiones en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, aquel fatídico 22 de abril de 1992, varias personas que estuvieron al tanto de varias formas de aquel trágico suceso e incluso quienes de alguna forma llegaron a percibir los nauseabundos olores desde días antes de dichas explosiones han recordado que, si bien mucha gente atribuía aquellos aromas a combustibles, sobre todo, gasolina, también los hubo que afirmaban que aquel olor era más a drenaje que a gasolina; aunque de acuerdo a testimonios de sobrevivientes afirma que el agua de la llave salía sucia.
Con el tiempo y, de acuerdo a dichos de analistas de todo tipo, algunos llegaron a la conclusión de que fue el gas metano acumulado en el colector bajo la calzada Independencia que corre de sur a norte hasta descargar en la barranca de Huentitán cayendo todo lo que transporta dicho colector al río Santiago; por gas metano que se dice produce el excremento humano y, que acumulado en el colector junto con otros líquidos tóxicos que se vierten a las tuberías de la zona conurbada de la perla tapatía, se había logrado un caldo químico que fue el principal causante de la explosividad.
Toda esa acumulación de excremento con otras materias tóxicas, aunada a la falta de corriente de agua que la hiciera avanzar fue por lo que se fue juntando, precisamente por ser tiempo de secas, tal y como ahora sucede en que en esta zona occidental del Pacífico no ha llovido generando grandes sequías, sobre todo más en el noroeste desde Nayarit hasta Sinaloa y Sonora en donde hay gran alarma por el bajo nivel de sus presas, lagunas, ríos y arroyos.
Así que, a propósito de tiempo de secas y que las descargas a los drenajes nada más son de las casas, comercios y negocios de la capital nayarita, tal vez sea por lo que en gran parte del Centro Histórico de Tepic se perciban olores fétidos que, en algunas partes prácticamente son casi insoportables.
Los malos olores que se desprenden de la mayoría de las alcantarillas en el centro de la ciudad, ya desde hace tiempo hicieron que varios comercios pusieran puertas de cristal en la entrada de sus negocios tal y como algunas farmacias del entorno.
Queda claro que tanto el gobierno estatal como el municipal se han estado encargando de limpiar alcantarillas y drenajes como prevención del próximo temporal de lluvias y así evitar posibles inundaciones, sobre todo en las partes bajas de la capital nayarita.
Sin embargo, al echar un vistazo por varias de las alcantarillas del entorno al centro de la ciudad se miran secas y algunas con basura en su interior, pero una de las alcantarillas que más llama la atención de varios transeúntes es una pequeña que está por la avenida México precisamente en donde cierra o continúa la calle Lerdo, en la acera poniente al lado de conocido hotel; una alcantarilla de tal vez un metro por cada lado, pero que casi siempre en temporadas de secas se ve llena de basura, aunque se ha visto que cotidianamente la limpian, al rato vuelve a estar igual. La pregunta sería por qué esa alcantarilla casi siempre está llena de basura, residuos de empaques de fritangas, utensilios desechables de comida rápida, bolsas de plástico, restos de follajes, etcétera.
Lo curioso es que alguna de la basura que se observa al interior de esta alcantarilla tal vez no caiga espontáneamente dentro de ella debido al reducido enrejado, por lo que se podría suponer que algún tipo de estos desechos haya llegado de otra parte o que, por su tamaño, alguien la haya introducido a propósito ahí, aunque claro está, esto es nada más especulación, pero sí es de llamar la atención y preguntarse cómo es que hay cierta clase de basura ahí que difícilmente pudo entrar aní nada más arrastrada por el viento o tal vez que, al estar la basura ya encima de la alcantarilla, al pasar los vehículos automotrices al pisarla la introduzcan sin querer ahí. Lo que sí es un hecho, es que también al pasar por esa alcantarilla de la avenida México y Lerdo, llega un aroma no muy grato que digamos, por lo que se intuye que tal vez debajo de toda esa basura que se ve que llena la alcantarilla haya aguas negras acumuladas con excremento y, por ende, gas metano acumulado.
¿Sería muy descabellado solicitar a las autoridades correspondientes que midieran si habría algún grado de explosividad en todas esas alcantarillas del Centro Histórico? Porque es bueno recordar que gran parte del drenaje de esta zona del centro ya tienen muchos años de haber sido colocados ahí.
Sea pues. Vale.
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