LA SERPENTINA
POR GUILLERMO AGUIRRE
La herencia del Papa
**Sin duda que la mejor herencia que dejó el Papa Francisco, y que expresó horas antes de morir, fueron sus deseos para que Dios nos bendiga a todos, sin acepción de personas.
Inevitable es hablar de la noticia mundial del día de ayer y que seguirá siendo noticia hasta que tengamos un sucesor.
Claro que me refiero al fallecimiento del obispo de la iglesia católica y líder mundial de la misma, el papa Francisco, cuyo nombre civil era JORGE MARIO BERGOGLIO, un hombre carismático, quien no habría podido superar los problemas derivados de una neumonía bilateral, sufrida en el mes de febrero. Además, Jorge Bergoglio batalló con dos episodios de «insuficiencia respiratoria aguda»,
Sin embargo, tal y como apuntan diversos medios en Italia, el Papa podría haber sufrido un ictus en la madrugada del domingo al lunes, lo que habría ocasionado su muerte a los 88 años.
El Vaticano ha hecho público el testamento del Papa Francisco tras su muerte esta lunes. Como hecho curioso, dice que «un benefactor anónimo sufragará los gastos de preparación de mi sepultura». Llama la atención que la fecha de dicho texto es junio de 2022, hace tres años.
El testamento del Papa Francisco confirma que será enterrado en la Basílica Papal de Santa María la Mayor y que su sepulcro será en la tierra, sencillo, sin adornos particulares y con la única inscripción: Franciscus, sin las fechas de su papado que vienen figurando en las tumbas de sus predecesores.
«Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal siempre los he encomendado a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por ello, pido que mis restos mortales descansen, a la espera del día de la resurrección, en la Basílica Papal de Santa María la Mayor», asegura el Papa Francisco en su testamento publicado este Lunes de Pascua.
Deseo que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía a orar al inicio y al final de cada Viaje Apostólico para confiar mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle por su dócil y maternal cuidado.
Solicito que mi tumba sea preparada en el nicho de la nave lateral, entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de dicha Basílica Papal, como se indica en el anexo adjunto.
Los gastos para la preparación de mi sepultura serán cubiertos con la suma de un benefactor que he dispuesto, la cual será transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor, y de lo cual he dado las instrucciones pertinentes a monseñor Rolandas Makrickas, Comisario Extraordinario del Capítulo Liberiano.
Que el Señor otorgue la merecida recompensa a quienes me han querido y seguirán orando por mí. El sufrimiento que se ha hecho presente en la última etapa de mi vida lo he ofrecido al Señor por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos.
Hasta ahí, los deseos del papa, para cuando llegará la hora final de su vida, pero déjenme decirles que horas antes de fallecer, el Papa Francisco pronunció sus últimas palabras públicas para impartir la bendición ‘Urbi et Orbi’ durante este Domingo pasado, que fue el domingo de Resurrección. «Hermanos y hermanas, buena Pascua», afirmó el Sumo Pontífice desde el balcón principal de la basílica de San Pedro. «Que el Señor nos bendiga a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo», dijo con voz notablemente débil, aunque sin cánulas nasales.
A pesar de su evidente fragilidad, el Santo Padre quiso estar presente en esta segunda parte de la celebración pascual para bendecir a todos los presentes aunque el mensaje principal de Pascua tuvo que ser leído en su totalidad por Monseñor Diego Ravelli, maestro de la Ceremonia Pontificia, mientras Francisco escuchaba atentamente. «El mal no ha desaparecido de nuestra historia, permanecerá hasta el final, pero ya no tiene el dominio», recordaba el arzobispo.
El texto papal ha lanzado un claro mensaje a las partes beligerantes exigiendo que «cesen el fuego, liberen a los rehenes y presten ayuda a quienes pasan hambre y aspiran a un futuro de paz».
A través del comunicado el papa Francisco también mostró su profunda preocupación por «el creciente clima de antisemitismo que se está difundiendo por todo el mundo» y expresó su cercanía «al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel».
En un momento donde las tensiones internacionales se multiplican, Francisco quiso abogar por la paz y el desarme a nivel mundial. «La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme», dijo Ravelli.
Tras la bendición, Francisco protagonizó un emotivo momento al recorrer la Plaza del Vaticano en el Papamóvil durante unos 25 minutos, saludando a los numerosos peregrinos. Además, el Pontífice sorprendió pidiendo que pararan el vehículo para acercarse a niños y bebés, demostrando una vez más su cercanía con los más pequeños…solo puedo agregar que la muerte del sumo pontífice de la iglesia católica, fue una muerte plena, una muerte esperada por él, y en donde su confianza en la vida eterna, lo hizo dormir el sueño final en sosegada paz …que Dios nos bendiga a todos, son los mejores deseos de cualquier ser humano para sus prójimos…descanse en paz, hasta mañana
Más historias
EN EL SIGNO DE LOS TIEMPOS
La perra brava
Los USA, un imperio en plena decadencia