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El faraón indígena

LA SERPENTINA

POR GUILLERMO AGUIRRE

El faraón indígena

**Para poder autorizar la obra de un camino rural, el alcalde indígena César López Gómez, exigió a los pobladores de una comunidad de Chiapas, que lo cargaran como un farón egipcio, y lo hicieron

Es lo que les digo, algunos insisten en preservar los llamados usos y costumbres, muy propios de los pueblos indígenas, hoy llamados pomposamente originarios, pero olvidan que no todas las costumbres y usos, son positivos por más que algunos que se hacen llamar “protectores de las tradiciones”, nos quieran convencer de tales improperios.

Aquí ya les he dicho por ejemplo que esas costumbres que en algunos pueblos serranos se dan, de por ejemplo casar a menores de edad por órdenes del padre, no de la madre que quede claro, con viejos, con personas mayores de edad que ofrecen a cambio de la hija, costales de maíz, burros, mulas, u otros bienes, de ninguna manera debe considerarse un uso y costumbre que debamos conservar, pues sin duda que es en detrimento de las niñas indígenas.

Pero ahora quiero comentarles que un alcalde de un pueblo originario del estado de Chiapas, electo por el sistema de usos y costumbre, en un pueblo llamado OXCHUC, pues impuso su autoridad abusiva en los pobladores de ese pueblito, a los que trata no como ciudadanos o prójimos, sino como lacayos, una especie de criados, estamos hablando del siglo XXI, del mes de abril del año 2025, o sea del presente.

Pues el hecho es que el alcalde de Oxchuc, en el estado de Chiapas, un indígena de nombre CÉSAR LÓPEZ GÓMEZ, condicionó la realización de una obra pública, que desde luego se haría con dinero del pueblo, es decir de los impuestos, no del alcalde CÉSAR, a que lo llevaran cargado como un rey egipcio durante dos kilómetros, para aprobar la construcción de un camino rural en Oxchuc.

Así que le habilitaron una silla a la que pusieron sobre unos troncos de madera, para a lomo de los súbditos, trasladarse al pueblo sin caminar por su propio pie, es decir, como si fuera un faraón egipcio, él mismo edil CÉSAR LÓPEZ GÓMEZ, dijo que quería ser como un rey egipcio, durante dos kilómetros.

Así que, dada la orden del rey indígena, se adornó una silla de madera, y a falta de ornatos de oro, como ocurría en los tiempos de los faraones, pues la silla del rey fue decorada con globos, o sea con bombas y hojas verdes, hojas de árboles que es lo que estaba a la mano, y lo que los originarios podían cortar sin que gastar dinero.

Después de los adornos, los habitantes de una comunidad llamada El Retiro, rodearon la silla que fue colocada sobre unos troncos de madera, y luego a cargarlo en el lomo o en la espalda de los pobladores, durante sus dos kilómetros de reinado faraónico, mientras lo cargaban bajo el sudor de los lomos indígenas, el farón originario, saludaba a los que iban alrededor de él, un verdadero espectáculo deprimente, humillante, degradante, denigrante y bochornoso, todo por obtener la obra de un camino rural, de ese pelo es un indígena con poder.

Ah, pero que no se me pase que el presidente municipal electo por usos y costumbres, exigió que su tesorero también fuera cargado en otra silla y a lomo de otros indígenas, para ir dialogando uno con otro, como lo hacía Tutankamón con Ramsés II; ambos sentados en sus sillas, adornadas con globos llenos de aire, y tratando los asuntos del reino llamado Oxchuc, no, si les digo que denle poder a un pobre diablo y verán que quiere convertirse en dios.

Ah, otra aclaración, el recorrido fue de dos kilómetros al pueblo que sería beneficiado con el camino rural, pero lo tenían que traer de regreso al mismo sitio de donde inició el recorrido del respetable representante de la raza indígena.

 La exigencia del alcalde fue vista como un abuso de poder y un acto de humillación por parte de los pobladores, quienes lamentaron que se condicionen obras públicas. El hecho ha generado indignación en redes y entre maestros de la región, pero como esto de la indignación, no causa ningún dolor en los seres simplones y ávidos de poder o de cuando menos demostrar que son superiores aunque sean de la misma raza, pues al señor alcalde de OXCHUC, le ha valido todo lo que digan, y ahora se teme que se le ocurra hacer un coliseo de palapas para poner a pelear a gladiadores originarios, vestidos con taparrabos, para imitar a los emperadores romanos, total él es poderoso, y que nadie se meta con él, y si aparece un MOISÉS, que quiera librar de la mano del faraón César López Gómez, tendrá que llevar una vara de mano que haga milagros.

Así las cosas, en nuestro México mágico, ¡bendito sea Dios! … hasta el lunes

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