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Otros 365 días de ilusiones

LA SERPENTINA

POR GUILLERMO AGUIRRE

Otros 365 días de ilusiones

**Una costumbre que tiene más de 4000 años, y que viene del pueblo Babilonio, sigue practicándose entre los mexicanos, y es la de hacer promesas cada año nuevo y no cumplirlas

Bueno pues aquí estamos de nuevo, iniciando el año 2025, los optimistas con un fardo de sueños que van desde a la quimera de mejorar su situación económica, encontrar el amor de su vida, mejorar su salud, adquirir ese bien material soñado, carro, caso, ropa, zapatos, etcétera, esperar que alguien los llame de un trabajo en donde les supliquen que acepten con un ofrecimiento del doble de lo que ganan en su actual empleo, viajar, descansar, vacacionar, hacer amigos, mejorar las calificaciones, lograr el anhelado título, bajar de peso, obtener un cuerpo de Adonis, en fin, la gente se ilusiona de que con el solo hecho de que cambia un mes, que en este caso es el mes de diciembre al mes de enero, todo va a estar mejor.

Lo que nuestra gente ignora es que el simple anhelo, deseo, aspiración o pretensión de querer algo, no sirve de nada, si antes de todo este ritual mental y que suele verbalizarse en el acostumbrado brindis de la cena del último día del año para recibir el nuevo, no se tiene la voluntad de cambiar.

Y es que sea el primer día, el segundo, el quinceavo, el último, o cualquiera que marque el calendario, un propósito no requiere fecha para cumplirlo, y conste sea bueno o malo, por ejemplo yo he conocido personas que luego de sufrir una vejación en cualquier momento del año, se proponen vengarse, se proponen desquitarse de aquel o aquella que les hizo pasar un mal rato o incluso un vergonzoso momento, desde el momento en que son afectadas en una riña, un pleito familiar, una venganza de un pariente, etcétera, desde ese momento ejercen su potestad de cambiar de actitud y acción contra el culpable.

Y sin embargo, cuando hemos recibido amor, gozo, paz, paciencia, bondad y generosidad de determinada persona, lo primero que nos decimos es que nos gustaría ser como tal persona, pero solo decimos, no empezamos a serlo, eventualmente esperamos una fecha como el primer día del año para hacernos una promesa de cambiar nuestra forma de ser, e imitar a aquellos que son luz en nuestro camino.

Así que el día de ayer, miles o quizá millones se propusieron o cuando menos dijeron que este año 2025, sí empezarán a ahorrar, ahora sí, lo que definitivamente será una mentira en sus bocas, que en breve comprobarán, y la cual no cumplirán bajo decenas de pretextos, tales como el hecho de que no les alcanza el dinero que ganan, que les exigen demasiado en sus casas si son padres de familia, que tienen muchos compromisos, y bueno, finalmente terminarán frustrados y endeudados de nuevo.

Similar situación vive los adictos a algo, sea al alcohol, a las drogas, a las compras, a las apuestas, a asistir a los casinos de juegos, quienes, en el primer día del año, se proponen cambiar su actitud, pero las promesas por sí mismas, no significa fuerzas para vivir, ni mucho menos fuerza de voluntad, son palabras como las que decimos por cientos todos los días.

Ahora bien, como leer esto, quizá le dé a usted la idea de que quien escribe esto es un viejo pesimista, no amargado para que quede esto aclarado, solo le diré que esto de hacer promesas en  el inicio de cada año, promesas de que en resumen, vamos a ser mejores, no es algo nuevo, no es cosa que usted padezca y que apenas estemos descubriendo que siempre han sido promesas inútiles, no,  fíjese usted que la tradición de hacer propósitos de Año Nuevo se remonta a hace casi 4000 años, y tiene su origen en civilizaciones que marcaban el nuevo año como un tiempo de renovación y reflexión. «El deseo de empezar de cero es un impulso humano», expresa una profesora de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) especializada en Historia Antigua y cristianismo primitivo.

Los babilonios fueron una de las primeras civilizaciones en celebrar el comienzo de un nuevo año con fiestas y rituales. Hay mucha documentación escrita sobre festivales de Año Nuevo en la antigua Babilonia, Siria y otros lugares de Mesopotamia relacionados con la noción del comienzo del nuevo año. Estos festivales, a menudo vinculados al equinoccio de primavera, se centraban en expresar gratitud a los dioses por una cosecha abundante, no en tomar resoluciones.

Pero bueno, siguiendo con esta aportación de la historia, quiero decirles que aunque es posible que los babilonios concibieran la idea, fueron los romanos los que consolidaron el 1 de enero como el comienzo del nuevo año. Al igual que los babilonios, lo celebraban con festivales y rituales, pero los romanos también incorporaron elementos prácticos de renovación, como la «limpieza sobrenatural de primavera» y los votos de renovación. «Estas tradiciones se centraban en empezar el año con buen pie: limpiar la casa, llenar la despensa, pagar las deudas y devolver los objetos prestados», y bueno, finalmente esta costumbre vía los puritanos que llegaron a colonizar los Estados Unidos de Norteamérica, llegó a nuestro continente, con la aclaración de que estos puritanos, celebraban la llegada del año nuevo, de manera muy frugal y pidiéndole a Dios bendiciones para el entrante año.

En fin amigos, les deseo que sus anhelos se hagan realidad de la mano y el esfuerzo de ustedes, no conozco otro camino, así que a darle para mejorar nuestra vida y para que sea este 2025, un mejor año…Dios los bendiga y hasta mañana

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