CON PRECAUCIÓN
Donald Trump una prueba de fuego para Claudia Sheinbaum
Por Sergio Mejía Cano
Al parecer sigue habiendo mexicanos misóginos que siguen pensando o creyendo que la presidenta de México, doctora, Claudia Sheinbaum Pardo (CSP) no podrá lidiar con el recientemente electo como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, porque es un títere del ahora expresidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO); quien la sigue manejando dictándole todo lo que tiene que hacer y hará.
Nada más lejos de la realidad, pues CSP ha dado muestras fehacientes de ser independiente en su forma de ser y pensamiento; el mismo AMLO lo dijo alguna vez: que ella no permitiría ser manipulada por nadie.
Se entiende que posiblemente su relación con Trump, en cuanto entre en funciones como presidente del vecino país del norte, será tensa en algunos casos y que tal vez sea una prueba de fuego para que la doctora CSP demuestre su carácter y firmeza defendiendo la soberanía e independencia de nuestro país; sin embargo, estos machos mexicanos que sobajan a las mujeres creyéndose superiores al elemento femenino, siguen en la creencia de que Donald Trump va a doblegar a CSP con la revisión del Tratado de Libre Comercio al que ahora se le denomina como T-MEC.
Y a propósito de tratados comerciales, hasta antes del gobierno del presidente, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), México no tenía ningún tratado comercial con los Estados Unidos, sino que se comerciaba con el sistema de compra-venta, tal y como se había acostumbrado desde siempre. Sin embargo, ya cuando se firmó el tratado comercial en el gobierno de Salinas de Gortari, se establecieron reglas en las que, según varios analistas, nuestro país llevó la peor parte, como cuando se documentó que a los vehículos de carga terrestre mexicanos no se les permitía el paso hacia los Estados Unidos por considerarlos peligrosos y llevar mercancía de más de la especificada en el conocimiento o guía de carga, lo que ocasionaría daños a las carreteras de aquel país.
Pero también, y como es obvio, las reglas establecidas favorecían más a los estadounidenses que a los mexicanos. Afortunadamente, poco a poco se fueron componiendo las cosas llegando a buenos arreglos con los gobiernos subsecuentes al continuar con este tratado comercial.
Así que si el entrante presidente, Trump, se pone más exigente al revisar el T-MEC, es ahí en donde CSP tendrá su prueba de fuego, aunque ya lo ha dicho constantemente: es un complemento en donde los tres países de Norteamérica deben tener igualdad de condiciones y no que un país necesita más de uno u otro y más, si se requiere proteger más a estos tres países contra el embate de China, país asiático que le ha estado demostrando al mundo su poderío comercial que, según se dice, ya está en casi todo el mundo la invasión de productos chinos.
Para aquellos que creen que CSP es débil o está manipulada por AMLO, existe la posibilidad de que se muestre firme ante las locuras de Trump, demostrándole que con México no se juega, tal y como está documentado en la historia cuando la expropiación petrolera en 1938, cuando los representantes de las compañías extranjeras le preguntaron al Tata, Lázaro Cárdenas del Río que quién les garantizaba el pago de la indemnización por la expropiación, a lo que el general Cárdenas del Río les dijo que él; pero según se dice, dichos representantes se mofaron en cierta forma, por lo que don Lázaro Cárdenas se levantó de la mesa de negociación diciendo: “señores, es todo, no hay nada que hablar”, dejando en la mesa a esos petroleros extranjeros.
Igual, no recuerdo de bien a bien si lo leí alguna vez en aquella revista “Sucesos” que alguna vez dirigió el cineasta, Gustavo Alatriste o si lo dijo un antiguo ferroviario cuando el entonces presidente, Luis Echeverría Álvarez (LEA,1970-1976) se cayó del mecate de los gringos comenzándolo a atacar por todos los flancos. Pues se decía que el precio de lo que México comerciaba con los Estados Unidos, lo ponía la Bolsa de Valores de Nueva York; pero que LEA les dijo a los gringos que en lo sucesivo el tomate les costaría tanto, un precio que puso LEA, algo inverosímil para los gringos, así que de inmediato comenzó la devaluación del peso contra el dólar.
Sin embargo, los estadounidenses no previeron que LEA ya estaba apalabrado con otros países europeos, asiáticos y africanos, para venderles el tomate y otras mercancías, lo que enfureció todavía más a los gringos, por lo que siguieron con la desestabilización tanto política como económica en nuestro país; y he aquí las consecuencias.
Sea pues. Vale.
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