LA SERPENTINA
POR GUILLERMO AGUIRRE
La cosecha de la violencia
**El 7 de octubre de 2023, a las 6:30, HAMAS lanzó más de 6000 mil cohetes desde GAZA, matando a más de 1200 israelíes, la mayoría civiles, violaron mujeres y niños, secuestraron y torturaron a más de 250 personas, quemaron poblados y aldeas y nadie protestó…
Ayer 7 de octubre, se cumplió el primer aniversario de una cobarde agresión del grupo fanático y brazo armado de Irán, llamado HAMAS, a territorio israelí, y por cierto unos jóvenes de antorcha campesina, estaban llamando a una manifestación para pedir que se terminará la guerra y que se dejara a los palestinos en paz.
Quizá estos muchachos realmente no estén muy enterados de lo ocurrió el 7 de octubre del año 2023.
Los israelíes han apodado al 7 de octubre el ‘Sabbat negro’. Desde el atentado de Hamás en 2023, los acontecimientos en Oriente Próximo se han descontrolado e Israel está librando una guerra en siete frentes que amenaza con desbordar Oriente Próximo.
Tras la brutal incursión de militantes de Hamás en Israel el 7 de octubre del año pasado, el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha intensificado drásticamente su respuesta militar.
La magnitud del ataque sorpresa de Hamás, el número de personas muertas y secuestradas no tenía precedentes y en sólo unas horas dejó al descubierto a los israelíes lo vulnerable que podía ser su país, si descuidaban la vigilancia en las fronteras.
El 7 de octubre de 2023,(hace un año) a las 6:30, Hamás lanzó contra Israel lo que denominó operación ‘Inundación de Al Aqsa’. Casi 6.000 cohetes fueron lanzados desde Gaza contra objetivos israelíes, sobre zonas pobladas alrededor de la Franja de Gaza y hacia ciudades importantes como Tel Aviv y Ashkelon.
El inesperado ataque, llevado a cabo por un conglomerado de varios grupos armados palestinos coordinado por Hamás, mató a más de 1.200 israelíes, la mayoría civiles. 6.000 palestinos armados atravesaron las fronteras de Gaza e irrumpieron en aldeas y asentamientos de Israel tras arrollar a las pocas unidades militares israelíes presentes en la zona.
Los terroristas atacaron por tierra, con camionetas y motocicletas, desde el mar, con lanchas rápidas, y desde el cielo utilizando parapentes. Entre las primeras víctimas se encontraban los asistentes a un festival de música al aire libre cerca del kibutz de Re’im, estos asistentes al festival de música, eran en su mayoría jóvenes, jóvenes de muchas partes del mundo, pero si creen ustedes que eso le importó a los guerrilleros de HAMAS, están equivocados.
Durante la incursión, Hamás y sus aliados cometieron decenas de crímenes, entre ellos agresiones sexuales, contra civiles israelíes, incluidos niños. Fue la primera invasión de territorio israelí desde 1948, año de fundación del país, y los ataques relámpago sorprendieron tanto a Israel como al mundo.
La sofisticada mezcla de tácticas de guerrilla, operaciones militares de comandos y guerra híbrida cogió desprevenida a la seguridad israelí. Una operación de este tipo requiere entrenamiento y preparación con simulacros visibles y algunos analistas militares de todo el mundo se mostraron desconcertados por el hecho de que la inteligencia israelí no supiera que Hamás se estaba entrenando para una operación militar.
La respuesta militar israelí fue inmediata y el Gobierno esbozó una serie de objetivos, el más inmediato de ellos era eliminar por completo a Hamás en Gaza, el grupo militante que Israel considera una amenaza para su propia existencia. Otro era liberar a los rehenes israelíes de Gaza. Durante la incursión israelí, Hamás capturó a unas 250 personas y se las llevó de vuelta a Gaza.
El 30 de mayo de este año, las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) tomaron el control del Corredor Filadelfia, una franja de 14 kilómetros que se extiende desde el mar Mediterráneo hasta Israel y bordea la frontera con Egipto. Según Israel, controlar esta línea de territorio es crucial para asfixiar a Hamás cortando sus líneas de suministro de armamento que llegan a Gaza a través del paso fronterizo de Rafah con Egipto.
El grupo militante libanés Hezbolá, ideológicamente afín a Hamás, también exigió a Israel que se retirara de la zona próxima al paso fronterizo de Rafah. A cambio, detendría el intercambio de disparos casi diario con las fuerzas israelíes en el norte. Esa propuesta fue rechazada. La cuestión del corredor Filadelfia es el puente estratégico que conecta la guerra en Gaza con la escalada del conflicto en Líbano.
Un año después de que estallara la guerra en Gaza, se ha abierto un nuevo frente, a lo largo de la frontera norte de Israel con Líbano, donde ahora está inmerso en un conflicto con Hezbolá. Israel y Hezbolá han intercambiado fuego transfronterizo casi a diario desde octubre del año pasado, pero en las últimas semanas esas hostilidades han empeorado.
En resumen, como ustedes pudieron leerlo, fueron las milicias del grupo paramilitar HAMAS, las que invadieron el territorio israelí, y las asesinaron, violaron, secuestraron, quemaron y destruyeron todo lo que pudieron, por lo que Israel sólo está respondiendo a estos ataques, se trata de la sobrevivencia del pueblo Judio, y hasta ahora, durante el año que pasó, nadie protestó por los cobardes y arteros crímenes y actos de violencia hechos por los palestinos contra población civil de Israel…y por mala suerte, la violencia sólo entiende un lenguaje…hasta mañana
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