CON PRECAUCIÓN
De las obras algo sobra, si no, qué chiste habría
Por Sergio Mejía Cano
Desde siempre se ha dicho coloquialmente que todos los cambios son para bien, y muchas de las veces resulta cierto esta máxima popular; aunque obviamente que todos los cambios no se dan de la noche a la mañana y algunos de ellos no se dan en forma espontánea, sino por decisión o capricho de alguien o algunos.
Al comentar esto con conocidos, amigos y familiares, la mayoría coincide en que así es. Alguien comentó que cierta vez andaba muy preocupado debido a que hubo ajuste de personal en donde trabajaba y le había tocado la de malas, pues fue uno de los ajustados, por lo que una persona mayor le dijo estando ambos en la oficina de recursos humanos esperando su liquidación: no te preocupes, todos los cambios son para bien, y así pases un tiempo hablando hasta con las piedras, ya verás que no hay mal que por bien no venga.
Al transitar por la vida y mientras se va adquiriendo más edad, experiencias que otorga los dolores y pesares que se reciben casi a diario, se va aprendiendo que no por nada existen dichos y refranes, pues en cierto modo encierran una gran verdad.
Por más que se esfuerce alguien en querer parar determinados acontecimientos, sobre todo los de forma natural, llega el momento en que se da cuenta que esos esfuerzos son inútiles, que no se puede detener una lluvia, un terremoto o cualquiera otro desastre.
Lo que sí se puede detener son malos comportamientos de algunas personas, siempre y cuando haya voluntad para detener esos malos hábitos. Esto lo vemos principalmente en todos los niveles de gobierno en nuestro país, pero también queda claro que, si no hay esa voluntad para detener aviesos fines de todo tipo de funcionarios o políticos en todos sus niveles, todo se va pudriendo poco a poco hasta que irremediablemente llega el momento en que tiene que colapsar lo que no se detuvo o corrigió a tiempo.
Ahora en tiempo de lluvias se destapan muchas cosas, aunque también se tapan otras como las alcantarillas. Lo que se destapa son los malos trabajos de algunas administraciones que no trabajaron para prevenir inundaciones tanto en zonas que desde siempre se han anegado, como en otras partes que antes no se llenaban de agua, pero que ahora el agua de lluvia aunada a la que brota de drenajes y alcantarillas, así como resumideros en algunas casas y, ¿todo por qué?
Pues obviamente por falta de atención de las autoridades encargadas de los sistemas de agua y alcantarillado que no previeron quizás que, al hacer algunos trabajos en una zona existía la posibilidad de afectar otra u otras más.
Conforme pasa el tiempo y que hoy en día hay zonas que antes no se inundaban, de nuevo surgen las voces que afirman que por lo regular la mayoría de las administraciones gubernamentales, en sus tres niveles, no trabajan para el largo plazo, sino nada más para salir bien el tiempo que les toca estar administrando. Se señala que, por ejemplo, la pavimentación de calles y avenidas, ya sea con asfalto o concreto hidráulico no se hacen para durar 50 o más años, sino nada más para que las rúas citadinas o de cualquiera población se vean bonitas durante tres o seis años, según sea el caso.
Algo parecido sucede con el bacheo que, cuando se lleva a cabo la mayoría de las veces se presume que será un encarpetamiento durable, que el material utilizado es de gran calidad y que aguantará varias temporadas de lluvia sin que se vuelvan a crear esos baches. Sin embargo, muchas de las veces con las primeras lluvias esos y otros baches se vuelven a hacer; aunque también hay que reconocer que algunos baches se forman en otra parte de una calle que se taparon los anteriores baches, pero se dan casos en que aquellos baches que fueron cubiertos se vuelven a abrir. Ya no se diga los estragos que sufren las calles que están empedradas en las que, al aflojarse las piedras por las corrientes de agua, se llegan a hacer unos pozos enormes.
Hay quienes pensamos que con los avances tecnológicos ya se pudieron descubrir, inventar o crear materiales que casi sean eternos, sobre todo asfalto o concreto hidráulico; sin embargo, también hay supuestamente quienes piensen que esto no es viable para quienes se encargan precisamente de administrar algún gobierno de los tres niveles, en el entendido de aquella máxima de que, de las obras, algo sobra.
Y tan no es viable, porque entonces no habría motivo ni pretexto para solicitar más presupuesto, pues si se llegara a hacer obra pública que dure muchos años, pues no sería chiste para administraciones venideras.
Sea pues. Vale.
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