CON PRECAUCIÓN Por Sergio Mejía Cano
Un arreglo laboral que no afecte a una parte ni a la otra
Por Sergio Mejía Cano
El pasado 28 de julio en el portal de internet meridiano.mx, apareció una nota firmada por Oscar Gil, en donde da cuenta de que el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO), en Tepic, Nayarit, el maestro Carlos Delgado Camacho, no está de acuerdo en que se reduzcan las horas laborales de ocho a seis horas, por considerarlo como un “golpe mortal” a los negocios y por ende, a la economía, por lo que está viendo la posibilidad de hacer un foro de convencimiento entre senadores y diputados federales por Nayarit, para que se aboquen a este asunto.
Aduce, entre otras cosas, en el grueso de la nota el maestro Delgado Camacho que la pandemia sigue dejando secuelas, además está el incremento a los salarios mínimos, el aumento en días vacacionales y, desde luego, las repercusiones en el IMSS y el INFONAVIT, y ahora esta posible reforma laboral de implantar la jornada en seis horas, obviamente que tendrá un efecto por demás negativo en la entidad, por lo que la economía tendrá que hacer más esfuerzos para sobresalir y subsistir.
Delgado Camacho está consciente de que este sistema de reducir las horas de trabajo funciona y ha funcionado en otros países más avanzados económicamente hablando; pero aquí sería un golpe mortal para muchos negocios que cumplen cabalmente con sus obligaciones fiscales. Y reconoce, además, que aún no hay fecha exacta para realizar el foro para conversar con senadores y diputados nayaritas, por lo que espera que las decisiones que se tomen no afecten el bolsillo de los comerciantes nayaritas, teniendo que hacer una evaluación previa para calcular los pros y contras de estas decisiones.
Queda claro que desde que triunfaron muchas organizaciones obreras para lograr una jornada laboral más justa, se determinó como parámetro tomar en cuenta que como el día tiene 24 horas, dividir estas 24 horas entre tres, quedando ocho para trabajar, ocho para diversión, esparcimiento, cultivarse y las ocho horas restantes para descansar; sin embargo, para muchos empresarios y comerciantes esta división de 24 entre tres, nada más quedó en el papel, porque sigue habiendo trabajadores que laboran 12 o más horas y, lo peor de esto, es que en muchos casos sin que se tomen en cuenta el pago de horas extras.
Así que, en casos como el que no se reduzcan loas ocho por las seis horas de trabajo, ¿la CANACO en Nayarit podría pugnar porque se regularicen los horarios de trabajo en muchos negocios y comercios y no excedan las ocho horas establecidas legalmente?
No es romanticismo, poro bastaría darse una vuelta por el mercado de abastos en la colonia Santa Teresita o Naranjera en Tepic, y verificar las horas de trabajo que laboran en la mayoría de las bodegas ahí establecidas, lo mismo si todos los trabajadores cuentan con las prestaciones de ley y, en caso de comprobarse que laboran más de ocho horas, verificar si se les pagan las horas extras y además, si rebasan las nueve de ley establecidas, las demás horas trabajadas se pagan con el 200 por ciento adicional.
Pero para no ir tan lejos, ojalá y las autoridades de la Secretaría del Trabajo y la misma CANACO, investigaran tiendas y comercios en el centro de la ciudad y más allá para comprobar y verificar las condiciones laborales con las que trabajan infinidad de los empleados que ahí trabajan, pues se han dado casos en que supuestamente por “inventario” obligan a sus trabajadores a permanecer hasta altas horas de la noche, sin que esto implique afectación alguna para el bolsillo de los empleadores.
Ahora bien, el sistema de ocho horas de trabajo para muchos trabajadores de ambos sexos no solo significan esas ocho horas, ya que si se le añade el tiempo de prepararse en sus domicilios para salir a trabajar, el tiempo que harán en el trayecto de traslado de su domicilio al lugar de su trabajo y además, el tiempo que requerirá para su regreso, así como el tiempo para tomar sus alimentos, ya sea que lleve lonche o tenga que salir a comprar en las inmediaciones de su centro de trabajo, etcétera.
Porque habría que tomar en cuenta que hoy en día, con el crecimiento de la mancha urbana, hay trabajadores que tienen que atravesar la ciudad de polo a polo para ir a laborar, por lo que algunos trabajadores podrían tener que hacer hasta una hora o más de su tiempo para llegar a su trabajo. Así que esas ocho horas que hoy son por ley laboral, muchas de las veces se convierten en diez o más horas del tiempo libre que ya pertenece a los trabajadores y no al empleador.
Sea pues. Vale.
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