CON PRECAUCIÓN Por Sergio Mejía Cano
Indignación y temor en el gremio periodístico nayarita
Por Sergio Mejía Cano
Gran indignación causó no nada más en el gremio periodístico, sino en varios sectores de la sociedad nayarita, así como a nivel nacional al ser difundida la noticia, precisamente por el periódico “La Jornada” del que era corresponsal el periodista asesinado: Luis Martín Sánchez Íñiguez, desaparición y asesinato de este periodista en el estado de Nayarit. Se informó también que, junto con este periodista que fue encontrado su cuerpo con crueles señales de violencia, la desaparición de otras dos personas; aunque una de ellas, de nombre Jonatan ya apareció sano y salvo, aún permanece en el misterio la ubicación de quien lleva por nombre Osiris.
Triste y lamentable caso, pues no es el primero e infortunadamente no será el último que ejerce el oficio de periodista que sea asesinado, ya que constantemente se informa sobre atentados que sufren quienes se dedican a este noble oficio del periodismo.
Atentados, vejaciones y asesinados de los mensajeros que no tendían por qué suceder, pues ¿por qué matar al mensajero hoy en día en que las redes sociales existen? Lo que un periodista sabe y calla, aparece por otro lado, precisamente en dichas redes. Ahora ya es prácticamente imposible tratar de ocultar algo y, si acaso se pueda ocultar alguna noticia que pudiera perjudicar a un político, un empresario o a alguien involucrado en el mundo del narcotráfico, con el tiempo tarde o temprano sale a flote como una gota de aceite en el agua.
Es obvio que los periodistas de investigación están en riesgo por lo que pudieran encontrar en sus andanzas; sin embargo, algo o todo lo que supiera de alguien, varios o muchos más ya lo intuir, saber o también haber investigado, así que se podría afirmar claramente que matar al mensajero es una muerte inútil y, si acaso la desaparición física de un periodista pudiera beneficiar a alguien o a algunos de momento, con el tiempo todo se descubre. Ejemplos hay muchos, he ahí los casos de políticos ahora siendo investigados y con bienes supuestamente mal adquiridos incautados. Funcionarios inmiscuidos en muchos asuntos turbios que, si bien en su momento se pudieron ocultar o no publicar por algún tipo de temor, helos ahora en boca de la opinión pública en donde mucha gente afirma: ya se los decía yo o yo ya lo sabía, tenía buenos padrinos que le cubrían las espaldas, etcétera.
Ojalá y el asesinato del periodista corresponsal de La Jornada no quede impune, porque si así sucede, aumentará el temor entre el gremio periodístico que, aunque no se dedique a la investigación de fondo, el temor será por si cualquier cosa que se llegara a publicar pise algunos callos que le duelan a alguien que se sienta aludido.
Se ha estado informando que, por lo pronto, se están organizando marchas de protesta por este asesinato en la Ciudad de México y Guadalajara, Jalisco; sin embargo, muchos periodistas nayaritas se preguntan si en su misma entidad no saldrán a marchar en protesta, pero se dice que posiblemente no se realice ninguna marcha a pesar de la indignación tanto en el gremio periodístico como en gran parte de la sociedad nayarita debido al temor por lo cruel con que se cometió el asesinato de este periodista, ya que, de acuerdo a lo que se ha informado, bien pudo haber sido el autor alguien muy pesado en cualquier rubro, pues atentar contra un periodista hoy en día en que se ha creado una protección a los mismos debido a la indignación de la sociedad en cuanto a la ola de violencia que crece cada día más en el país, en donde se podría decir que nadie está exento de poder sufrir un daño ya sea por delincuentes comunes o no tanto.
Se dice que anteriormente hubo periodistas que, al saber algo grueso sobre un político, empresario o con influencias sociales, dichos periodistas le comunicaban lo que se sabía y así recibir un premio por no publicar; aclaro, se dice, no me consta; pero que hoy en día, en caso de que algún periodista quiera volver a poner en práctica esa nefasta afición, los personajes que pudieran salir afectados los mandan por un tubo diciéndoles que lo publiquen si quieren, porque si no lo publican ellos, habrá alguien más que lo haga en las redes sociales. Así que de nada sirve ahora tratar de ocultar algo y menos afectar a los mensajeros, pues con las nuevas tecnologías en cuanto a monitoreos, se puede estar vigilando a quien se quiera vigilar.
Se dice que cámaras y micrófonos ocultos, teléfonos tanto fijos como móviles intervenidos y todo método de investigación están a la orden del día.
Sea pues. Vale.
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