CIR Informativo

Compartimos Información Relevante

Viacrucis por una constancia de no antecedentes penales

CON PRECAUCIÓN

Viacrucis por una constancia de no antecedentes penales

Por Sergio Mejía Cano

 

En el portal de internet de notisistema.com, el día de ayer apareció una nota que dice que en el estado de Jalisco ya se puede tramitar en línea la constancia de no antecedentes penales. Sin embargo, esto aplica nada más para las personas que previamente realizaron su registro biométrico en un módulo presencial ante el Instituto jalisciense de Ciencias Forenses en el mes de junio de 2024. Así que quienes se registraron desde aquella fecha en adelante lo podrán hacer a través de un micrositio oficial, con un costo de noventa y dos pesos más la comisión bancaria.

Es obvio que los avances digitales les han facilitado la vida a muchas personas, sobre todo si están versados en el manejo del internet, porque para quien no está familiarizado es un poco más difícil; claro que no se piensa en personas de la tercera edad, pues la mayoría de los adultos mayores por lo regular ya no tienen necesidad de presentar una constancia de no antecedentes penales salvo que al realizar algún trámite se lo requieran. Pero para gran parte de las nuevas generaciones, puede haber algunos jóvenes que no saben manejar una computadora o teléfono móvil, ya que cuando se solicita trabajar ya es una práctica común que la empresa, industria o negocio a los solicitantes de empleo se les requiera este tipo de documento.

Lo anterior me hizo recordar que, por ejemplo, en la otrora orgullosa ruta de la costa occidental, el Ferrocarril del Pacífico (FCP), hasta principio de la década de los años 80 del siglo pasado a los empleados de nuevo ingreso no se les exigía carta o constancia de no antecedentes penales, lo que después se hizo una obligación para todos los trabajadores de ambos sexos que querían ingresar a las filas ferroviarias.

Un compañero originario del bello puerto de Mazatlán, Sinaloa, ingresó a la rama de oficinistas en 1973, se radicó en la bella perla Tapatía porque en Mazatlán no había puestos que cubrir, pero como en Guadalajara, Jalisco estaban las oficinas generales, pues sí había más puestos.

Resulta que posteriormente se hizo necesario cubrir este requisito, por lo que se nos solicitó a todos los trabajadores del FCP que presentáramos una carta de no antecedentes penales para anexarla al registro persona, tanto en la empresa ferroviaria como en el sindicato ferrocarrilero. Así que este compañero pata salada, acudió a la entonces Procuraduría en el estado de Jalisco a solicitar esa constancia.

Comentaba el compañero que, por cierto, después se hizo maquinista de camino volviendo a radicar en Mazatlán, Sinaloa. Al ir a solicitar su carta de no antecedentes penales, se le hizo muy extraño que lo entretuvieran varias horas y, más extraño aún, que, al estar sentado en una especie de sala de espera, veía que otros solicitantes iban y venían ya con su constancia y a él, veía que la empleada detrás de la ventanilla de atención, lo señalaba cada vez que se acercaban otras personas a ella como diciendo: ése es.

Después de varias horas de espera, comentó nuestro compañero que se le acercaron tres individuos armados preguntándole si su nombre era tal, al responder afirmativamente, lo tomaron de los brazos fuertemente, lo levantaron de la silla y, esposándolo lo introdujeron al interior de las instalaciones llevándolo hasta una celda que estaba en el sótano del inmueble en donde había otras personas.

Lo que siguió fue casi una pesadilla para el compañero, pues lo sacaron de esa celda y lo llevaron a un pequeño cuarto en donde estaba una mujer frente a una máquina de escribir y otros dos tipos malencarados. En cuanto entró, uno de los tipos que ya estaban ahí le dio un golpe en el estómago diciéndole que se sentara en una silla que estaba frente a la mujer con la máquina de escribir. Fue casi una pesadilla porque en eso entró otro individuo con una especie de expediente y, dirigiéndose a los demás les dijo que no hicieran nada, pues había algo que no casaba de acuerdo a los papeles que traía en la mano, por lo que le preguntó la edad a nuestro compañero que andaba alrededor de los 30 años de edad. Así que el sujeto que acababa de entrar, de inmediato les dijo a los otros que no era él, pues según los papeles el que tenían fichado ya frisaba los 55 años de acuerdo a los datos que contenía el mentado expediente.

Pero no lo dejaron ir así nomás, pues lo sondearon de cabo a rabo preguntándole todos sus datos y en dónde laboraba. Afortunadamente en aquel entonces los trabajadores ferroviarios gozaban todavía de cierta fama de honestidad.

Sea pues. Vale.

About Author