CON PRECAUCIÓN
Bautizos militares que deben ser erradicados para siempre
Por Sergio Mejía Cano
Este pasado domingo 27 de abril en varios medios de información y portales de internet apareció una noticia sobre la muerte de un estudiante de 13 años de edad, de una escuela de corte militar cuando realizaba unas prácticas que se estaban llevando a cabo en un campamento en el estado de Morelos, aunque la sede de esta escuela se encuentra en la colonia Santa María la Rivera de la alcaldía Cuauhtémoc en la Ciudad de México.
La madre de este menor, según la nota informativa en el portal de La Jornada.com.mx, del domingo 27 de abril de 2025, firmada por la reportera, Elba Mónica Bravo, señala que el mismo día que lo llevó a su hijo, en buenas condiciones de salud a ese campamento, por la tarde recibió una llamada telefónica en donde le informaban que su hijo se encontraba un poquito mal, que nada más tenía un poquito desnivelados sus signos vitales, pero que nada de qué preocuparse; sin embargo, al llegar a un hospital en Cuautla se topa con la noticia de que su hijo estaba muerto, con las vísceras destrozadas y varios golpes en su cuerpo; lo extraño de todo es que se suponía que los chicos de esa escuela de corte militar se iban nada más a divertir.
Infortunadamente, no es un caso único ni aislado, pues lesiones y hasta fallecimientos a alumnos no nada más de escuelas militarizadas, sino de todo tipo se han dado casos de este tipo, sobre todo a los alumnos de primer ingreso; ya no se diga, se ha documentado, a quienes ingresan al Ejército Mexicano o a la Marina.
Es bueno recordar cómo hace más de un año, precisamente el 20 de febrero de 2024, cuando siete aspirantes a ingresar a la Guardia Nacional fueron obligados a entrar al Mar agitado en Ensenada, Baja California, falleciendo primeramente seis de ellos y a los días siendo localizado el cuerpo del séptimo elemento.
A propósito del Ejército Mexicano, a principios de los años 90 del siglo pasado acompañé a una de mis sobrinas a las instalaciones de la XII zona militar con sede en Tepic, Nayarit, porque tenía la curiosidad para poder estudiar una carrera profesional dentro de las Fuerzas Armadas. Así que, mientras mi sobrina ingresó a pedir información de los requisitos, permanecí en la entrada en donde estaban apostados dos elementos del ejército como guardias de la entrada. Hecho que aproveché para preguntarles a estos elementos sobre qué había de cierto sobre lo que se decía de los “bautizos” a los elementos de recién ingreso, pues se decía, les dije a estos guardias, que los maltrataban en fea forma, que los obligaban hasta a lustrar las botas de los que ya tenían más tiempo de haber ingresado ahí y que también a hacer ejercicios muy fatigantes, etcétera.
Uno de estos guardias me respondió que ya no era así, que antes posiblemente así era, pues los que ya tenían mucho tiempo les platicaban sobre las casi torturas crueles a los que eran sometidos; pero que, como ya la Comisión de Derechos Humanos (CNDH) ya estaba al pendiente de todo esto, ya se habían eliminado esas prácticas, por lo que en caso de que algún o algunos elementos de nuevo ingreso sufrían o eran víctimas de crueles tratos ya fueran por parte de los mismos compañeros o de algún grado militar, podían denunciar ante dicha Comisión. Al oír esto, como que me dio un poco de risa, así que les dije a esos muchachos guardianes que tal vez si alguien se llegaba a quejar o a denunciar después no se la acabaría con las represalias no nada más por parte de sus mismos compañeros, sino hasta de los medios o altos mandos que se dieran cuenta de algún chivato. Los guardias de las puertas de la 13/A zona militar en Tepic, también se rieron.
Esto de que la CNDH haya estado o esté al pendiente, al parecer nada más esté en el papel, pues constantemente se han documentado o sabido de casos de aspirantes a ser soldados o marinos que siguen siendo bautizados haciéndoles lo mismo que les hicieron a ellos al ingresar.
Esto me hizo recordar cómo en aquellos años de los 60, por lo menos en Guadalajara, jalisco, al entrar a primero de secundaria, los alumnos de segundo año trasquilaban a los de nuevo ingreso, porque así los habían trasquilado a ellos también; así que al ser trasquilados los que iban a entrar a primer año de secundaria se tenían que rapar, por lo que se les denominaba como grajos.
Así que, posiblemente algo similar podría estar ocurriendo a los aspirantes a las Fuerzas Armadas, Marina y Guardia Nacional: de que a los de nuevo ingreso, los que ya están les hagan lo mismo que les hicieron a ellos.
Sea pues. Vale.
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