CON PRECAUCIÓN
Aún existen víctimas de aquel fatídico 22 de abril de 1992
Por Sergio Mejía Cano
Este 22 de abril se cumplen 33 años de aquella tragedia que enlutó a muchas familias en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, así como posiblemente a otras más de diversas entidades del país como del extranjero al tener parientes, familiares y conocidos en las zonas en donde hubo explosiones de las que aún hoy en día no se han aclarado del todo a pesar de haberse dado un dictamen oficial en el que se afirma que dichas explosiones se dieron por derrames de gasolina en una planta de PEMEX en las inmediaciones de la zona industrial de la Perla Tapatía.
La explosión más fuerte se dio por la calle Gante, en el otrora Sector Reforma, pues dicha calle se abrió como canal a lo largo de por lo menos ocho cuadras de oriente a poniente; las demás explosiones ya fueron menores en donde solamente se levantaron algunas lozas de concreto hidráulico en diversos puntos de la ciudad ya no tan cercanos al grueso de la explosión de la calle Gante en donde hubo una destrucción prácticamente total de todas las viviendas a lo largo de esas aproximadamente ocho cuadras en donde, de acuerdo a las imágenes en fotos y videos se miran automóviles encima de los escombros que habían quedado de los inmuebles que sucumbieron a esa explosión.
A priori se dijo que la causante había sido una planta aceitera que se situaba por la calzada González Gallo, en el mismo Sector Reforma, pero algo distante de la calle de Gante; posteriormente se desvirtuó esta información para atribuirle la causa precisamente a unas instalaciones de PEMEX por la avenida 18 de Marzo, cercana a la colonia La Nogalera, en el mismo Sector Reforma, pero aún más distante de la calle de Gante por estar esta planta de PEMEX casi en las inmediaciones de la frontera entre los municipios de Guadalajara y Tlaquepaque, al sur de la capital tapatía, precisamente en donde una vez estuvieron las pistas de despegue y aterrizaje de la otrora aviación, ya en las faldas del Cerro del 4; aviación que desapareció cuando se construyó el actual aeropuerto, ahora internacional, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga.
Y ya avanzado determinado tiempo, también se le atribuyó cierta culpa a las instalaciones de los talleres de locomotoras del otrora Ferrocarril del Pacífico que estaban en la confluencia de la avenida Enrique Díaz de León y Circunvalación Agustín Yáñez, porque se llegó a decir que ahí se derramaban muchos litros de diésel para las locomotoras, así como aceite quemado y otros residuos emanados por dichos talleres.
La calzada Independencia que, prácticamente parte la ciudad de Guadalajara en dos: oriente y poniente, antes fue el río al que se nombró como de San Juan de Dios; río que se entubó al principio del siglo XX convirtiéndolo en el colector general de aguas negras en donde debido a la topografía de la ciudad y, si bien el antes río nacía en las inmediaciones del parque Agua Azul, todas las corrientes de agua de la ciudad bajaban hacia este río; lo que ahora hacen la mayoría de los drenajes de toda la ciudad desde el Cerro del 4 hasta la barranca de Huentitán en donde se descargan todas esas aguas negras y tóxicas que genera la zona conurbada que la conforman los cuatro municipios más cercanos: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá.
Sin embargo, otras informaciones que varias personas han tomado como teorías de la conspiración, atribuyen dichas explosiones a la construcción de la línea 2 del tren ligero que corre precisamente de oriente a poniente y viceversa y, que en su trayecto atraviesa la calzada Independencia; pero, como esta línea sería subterránea y tener que pasar por el colector general de la calzada, se dice que se tuvo que hacer una especie de sifón en el cruce de este colector y el túnel del tren ligero, por lo que hubo voces que afirmaban que, al crear ese sifón, como una especie de “S” para que el colector pasara por debajo del túnel del tren ligero, por la falta de corriente de agua en tiempo de secas, mucho excremento y demás residuos tóxicos se fueron acumulando en dicho sifón y, como el excremento genera gas metano y no tener salida óptima, los gases se fueron extendiendo buscando más salidas y que fue lo que generó determinados olores a los que mucha gente atribuyó como de combustibles de todo tipo y que fue esta gran acumulación de gases de todo tipo fue que se dieron las explosiones; algo muy similar que ya había ocurrido en marzo de 1983, por la calle Sierra Morena, en la colonia Independencia; zona muy cercana al Centro Médico de Occidente.
Sea pues. Vale.
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