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27 de marzo, Día Mundial del Teatro

CON PRECAUCIÓN

27 de marzo, Día Mundial del Teatro

Por Sergio Mejía Cano

Dentro del marco del Día Mundial del Teatro, en el Laboratorio de Arte Teatral y Escénico de Nayarit (LATEN), que dirige el licenciado en Arte Escénico, Luis Alberto Bravo Mora, y que se ubica por la calle Morelos 139 oriente, en el Centro Histórico de Tepic, Nayarit, se ofreció una conferencia llevada a cabo por la actriz nayarita, Carolina Gutiérrez, quien fue seleccionada para que, en este día dirigiera un mensaje referente a esta celebración que se lleva año con año, el 27 de marzo desde el año de 1961.

De entrada, la también actriz y cantante, Jessi Velázquez, deleitó a los presentes en esta celebración con tres melodías que alegraron el corazón y oídos de los asistentes, entre los que se encontraban algunos miembros de la Unión de Columnistas y Articulistas de Nayarit (UCAN), organización periodística que también coordina el licenciado, Bravo Mora.

La actriz, Carolina Gutiérrez, muy emocionada por sentirse afortunada de ser quien llevara la voz en esta celebración, abrió su discurso citando una frase de Peter Brook: “La creatividad no es un acto individual, sino una colaboración de mentes”. Sin embargo, si bien se sentía muy emocionada, Carolina dijo sentirse a la vez con una profunda tristeza, pero que se mezcla con la esperanza debido a que el teatro está viviendo una crisis silenciosa que no puede seguir siendo ignorada, pues lo que debe ser un pilar fundamental de nuestra cultura se está apagando lentamente; pero lo más doloroso, señaló Carolina Gutiérrez, es que al parecer a nadie le importa, por la dejadez en que ha caído el tema del teatro entre quienes deberían de impulsarlo.

Carolina Gutiérrez, afirmó que el teatro salva vidas, diciendo con vehemencia que en lo particular salvó la suya debido a que por ser una mujer de talla baja y, si bien es nada más un detalle físico, esto le ha acarreado infinidad de barreras, pero que gracias a su ímpetu y amor al teatro ha logrado demostrar que el arte es más grande que cualquier limitación, más grande que cualquier apariencia; más grande que cualquier prejuicio. Sin embargo, Carolina está consciente de que el teatro ha sido no nada más un refugio, sino su salvación, porque a pesar de que mucha gente le decía que no encajaba debido a su corta estatura física, que no mental ni de capacidades el teatro le ofreció un espacio en donde la estatura no importa y que en sí, no es un obstáculo para poder destacar no nada más en el arte, sino en todos los rubros habidos y por haber para los humanos.

A Carolina le ha quedado claro que el teatro le ha enseñado a ser vista, a no quedarse en la sombra, a no dejarse encasillar y menos a reducirse, ya que en cada obra, en cada personaje que interpreta encuentra una razón para seguir, una razón para creer que su vida tiene un propósito, pues reconoce que el teatro le ha dado una familia, le ha dado voz; pero sobre todo, le ha dado la oportunidad de transformar el dolor en arte. Sin embargo, se pregunta ¿qué pasa cuando no se valora lo que el teatro realmente significa?, ¿qué pasa cuando un artista no tiene oportunidades y que por esta razón tiene que huir de su propio hogar, porque en su estado no encuentra más que puras puertas cerradas y sin encontrar espacios para desarrollarse?

Por eso y más, hoy más que nunca se siente con la obligación de hablar, de alzar la voz precisamente por esta muerte silenciosa que se le está dando al teatro, pues reconoce, la señorita Carolina Gutiérrez que es un dolor constante vivir en un estado en donde prácticamente la cultura ha sido olvidada por aquellos quienes deberían promoverla; en donde el teatro ha sido relegado a un segundo plano, en donde los recursos para el arte y la cultura son muy limitados, las convocatorias escasas, y en donde los espacios que hay están reservados para aquellos que pertenecen a círculos cerrados; para los que siguen un protocolo establecido y que, en la mayoría de los casos no tienen nada que ver con el talento o la pasión, sino con el nepotismo y las conexiones.

Es triste y doloroso, abundó Carolina, ver cómo el arte se ha convertido en una moneda de cambio; cómo la cultura se ha convertido en una herramienta de poder para unos pocos, mientras que los verdaderos creadores se han visto obligados a emigrar a otros estados e incluso a otros países para encontrar lo que se necesita para crecer. ¿Dónde están las oportunidades para aquellos que queremos profesionalizarnos, que queremos ser reconocidos como artistas auténticos y no como simples pasatiempos?

Sea pues. Vale.

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