CON PRECAUCIÓN
Falta de una capacitación adecuada o porque no nacieron para ser policías
Por Sergio Mejía Cano
El día de ayer en algunos portales de medios informativos locales en internet, sí como en redes sociales de particulares se dio a conocer que hubo una manifestación en apoyo al reportero de nota roja que sufrió una agresión por parte de un elemento policíaco el pasado domingo 16 de este mes de marzo.
De acuerdo a tantos videos y fotografías que se difundieron y publicaron al respecto, el meollo del asunto fue el disgusto del elemento policíaco porque supuestamente el reportero le había tomado una foto sin su permiso, aunque en uno de los videos el mismo reportero explica que la foto la había tomado a una de las viviendas en donde aparentemente vivía una mujer que se suponía había sido la agresora de otra mujer que perdió la vida y, que en sí, la cara de este policía no se definía muy bien debido al reflejo de los códigos encendidos de una patrulla ahí estacionada y que la distancia era más o menos la adecuada para no interferir ni contaminar la escena, tal como lo demandan los protocolos para la información; el reportero hace énfasis en que, al momento de tomar dicha fotografía aún no colocaban las cintas perimetrales, pero que aun así, había permanecido a una distancia prudente, precisamente para que no se le llamara la atención.
Desde que se comenzaron a difundir videos sobre el actuar de los policías en cualquier hecho, ya sea accidente automovilístico, robos, lesiones en riñas, etcétera, en muchos de estos videos se han visto a muchos policías diciendo a quien está filmando la escena que no puede grabar, que está prohibido y, en algunos casos, tratan de arrebatar la cámara o dispositivo con el que está filmando no nada más un reportero, sino cualquier ciudadano común.
Ya se ha documentado hasta la saciedad de que mientras no se estorben las labores de las autoridades en cualquier hecho, tanto reporteros como ciudadanos pueden fotografiar y filmar sin ningún problema; sin embargo, de todos modos, algunos de los elementos policíacos se lanzan contra quienes los están grabando a pesar de estar detrás de las cintas amarillas perimetrales, por lo que así sea evidente que no están estorbando de ninguna manera, tal vez por pura prepotencia algunos elementos de las corporaciones policíacas y otras como de la Marina y el Ejército tratan de impedirlo.
Desde que comenzó a avanzar la tecnología en cuanto a telefonía móvil y que, cuyos dispositivos portan cámara fotográfica y de video, así como grabadora de voz y sonidos, estos aparatos prácticamente se han convertido en extensiones de los sentidos humanos, por lo que quien porta uno de estos teléfonos móviles todo lo que ve y oye no nada más queda en su mente, ya que si utiliza su teléfono para que lo que está viendo y oyendo no quede nada más en su mente, sino en esos dispositivos. Así que si algún elemento de la autoridad le dice a quien está usando su aparato celular que no lo haga, sería tanto como si le dijera que se tapara los ojos y los oídos y que no hable de nada de lo que vio y oyó.
Al parecer todo el problema inicia por no recibir una capacitación adecuada a quienes ingresan o pretenden ingresar a las fuerzas del orden, ya que de entrada se les debe de advertir que todo servidor público estará siempre bajo el escrutinio público y que están para servir y proteger a la ciudadanía en general, así como ser los principales en poner un buen ejemplo de acuerdo a su juramento una vez admitidos en las corporaciones policíacas: cumplir y hacer cumplir las leyes teniendo en cuenta siempre las garantías individuales plasmadas en nuestra Carta Magna, así como el respeto a los Derechos Humanos. Y, principalmente, que no están por encima de los ciudadanos y, desde luego, hacerlos que se graben de memoria los artículos constitucionales 16 y 89.
El problema es que a parecer sus instructores les dicen todo lo contrario, ya que el comportamiento de muchos elementos policíacos deja mucho qué desear. ¿Quién no ha visto a infinidad de patrullas pasándose los semáforos en alto, dar vueltas prohibidas? y, esto, sin tener llamados de emergencia, sino nada más porque así se les antoja al creerse con el derecho de violar las leyes de tránsito nada más por ser policías. ¿Quién no ha sufrido o visto que algunos policías detienen a personas sin motivo y sin razón para preguntarles a dónde van y de dónde vienen, cuál es su nombre y a qué se dedican, nomás porque ya amaneció? Por lo regular si un ciudadano se niega o no responde, lo acusan después de resistencia de particulares.
Sea pues. Vale.
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