CON PRECAUCIÓN
La ayuda por humanismo al pueblo cubano no debe faltar
Por Sergio Mejía Cano
Por lo regular, siempre que sale a flote el tema de la Hermana República de Cuba, país que desde hace más de 60 años sufre debido al embargo y bloqueo de los gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica, siempre a quienes opinamos en contra de este bloqueo a la isla mayor de las Antillas, no falta quien nos diga que nos vayamos a vivir para allá.
Desde hace muchos años que se oye hablar de la escasez de alimentos, ropa e infinidad de productos para el consumo humano que no puede producir esa isla; desde siempre ha habido personas que han ido a Cuba o que no han ido, pero que afirman que los anaqueles de las tiendas están vacíos; que a los mismos cubanos no los dejan entrar a los lugares turísticos en su propio país. Que a muchas muchachas se les denomina como “jineteras” que venden su cuerpo por una prenda de ropa, por unos zapatos, etcétera. Desde luego que este problema lo comentó alguna vez el comandante, Fidel Castro Ruz, por lo que no era un secreto a voces ni algo que no conociera el gobierno cubano.
Cierta vez un familiar de un ferrocarrilero que se dedicaba a la fayuca y que explotaba a los niños de su barrio cuando los hacía ir con él a recoger la mercancía que le llegaba a través de los trenes de pasajeros que venían del norte del país sin pagarles ni un cinco, se incomodó con un servidor cuando le dije que si allá en Cuba los anaqueles de las tiendas estaban vacíos, aquí en nuestro país de nada servía que estuvieran repletos de infinidad de mercancías, si no había poder adquisitivo en mucha gente para poder comprar todo lo que se ofrecía.
Ahora bien, el escritor y caricaturista ya fallecido, Eduardo del Río, más conocido como Rius, en su libro “Cuba para principiantes” detalla muy bien una visita que hizo a ese país, en donde comenta que allá no hay niños en la calle tal y como se miran en México; pero que, en la Habana antigua, en donde aún existían fincas muy deterioradas, sí había un sector de la población que se mostraba renuente a acatar los dictados de la Revolución cubana. También decía Rius, que claro que hay mucha pobreza en Cuba, pero lo que casi se había erradicado era el analfabetismo, pues había sido una de las prioridades de Castro Ruz: hacer que todos los cubanos aprendieran a leer y escribir, a leer principalmente, para que por sí mismos al leer se dieran cuenta de que no todo lo que les decían era cierto, que leyeran la historia tanto nacional como universal y que así, sacaran sus propias conclusiones y para que no estuvieran atenidos nada más a lo que les decían.
Rius también hace referencia a cómo los estadounidenses tomaban como su burdel a Cuba e incluso, hasta publica fotografías de marinos gringos orinándose en el monumento al apóstol cubano, José Martí. También en la película “El Padrino, segunda parte”, de Francis Ford Coppola, se da cuenta de cómo mafiosos italoamericanos, así como un judío, tienen grandes inversiones en Cuba, gracias a la protección del dictador, Fulgencio Batista, por lo que se intuye que Cuba era un paraíso para los estadounidenses en general.
Ahora que se ha documentado que México le ha proporcionado por lo menos 400 barriles de petróleo a Cuba, no han faltado las voces que critican este hecho, tal vez porque no tienen bien fundado en su pensamiento lo que es la ayuda por humanidad; por humanismo de ayudar al pueblo cubano que ninguna culpa tienen de que su forma de gobierno no le caiga nada bien a los gobiernos gringos; gobiernos estadounidenses a los que con tal de hacer quedar mal un sistema de gobierno que no aprueban en lo absoluto, no les ha importado ni les importa llevarse entre las patas a la población cubana sometiéndola a sacrificios de hambre, sostén y abrigo, así como una forma digna de vivir. Carencias que a través de medios informativos tratan de hacer creer que el culpable del hambre de los cubanos es por culpa de su gobierno y no por el bloqueo de los gobiernos gringos que quisieran tener para siempre su bota en el pescuezo de Cuba.
Se debe entender que Cuba es una isla, si bien con gran extensión de terreno, es una isla, y que sus tierras no producen más que ciertos productos agrícolas, pero no así los insumos suficientes para autoabastecimiento, por lo que, por fuerza, el gobierno cubano tiene que buscar fuera de la isla los insumos necesarios para la manutención de la población, algo que es lo que han aprovechado los gobiernos estadounidenses para sus propios fines e intereses. Pero la mayoría del pueblo cubano resiste.
Sea pues. Vale.
Más historias
A los armamentistas estadounidenses no les conviene la paz mundial
Cuarenta gramos de droga
LA SERPENTINA