CON PRECAUCIÓN
Una dictadura muy sui géneris en México
Por Sergio Mejía Cano
Se comenta comúnmente que los dichos se han conformado con mucho de razón, sin embargo, al parecer ese que dice que “más sabe el Diablo por viejo que por Diablo” no aplica para muchos adultos mayores a menos que, por hacer la mosca chillar y nada más, sobre todo en el ámbito periodístico, muchos persistan en que estamos a punto de una dictadura, tal y como se decía en el anterior sexenio, pero que en realidad nada de eso pasó.
Me refiero a los adultos mayores, me incluyo, porque nos tocó saber de los golpes de estado que se dieron en Centro y Sudamérica, como el del 11 de septiembre de 1973 que fue el que nos marcó a muchos de los que éramos jóvenes físicamente en aquel entonces y, desde luego a los sucedidos en Argentina, el derrocamiento de Anastasio Somoza en Nicaragua por el ejército sandinista con el que subió al poder el ahora cuestionado guerrillero de aquel entonces, Daniel Ortega que, se dice, ha sustituido al dictador que derrocó.
Estos golpes de estado en Centro y Sudamérica dieron paso a crueles dictaduras militares, de las que estuvimos al tanto a través de los medios informativos, que, si bien no decían toda la verdad, al menos se daban algunos datos que daban en qué pensar o que por sentido común se llegaban a sacar conclusiones.
Pero también hubo libros, novelas y hasta películas en donde se relataban las crueldades emprendidas por los militares que tomaron el mando en aquellos países del cono sur del Continente Americano y el centro de este e incluso testimonios de asilados que llegaron de aquellos países a nuestra Nación, quienes daban santo y seña de todo lo que estaba ocurriendo en sus países de origen; claro que tal vez con un toque de romanticismo o agregándole datos de su cosecha, pero muchos de estos testimonios por lo regular coincidían con otros más de los que algunos de ellos sacaban a flote hechos más cruentos que por algo otros omitían o no querían recordarlos.
Así que, hoy en día, cuando comentaristas, periodistas o personas dedicadas a diversos oficios mayores a los 60 años de edad generen risa, tristeza o cualquiera de los sentimientos encontrados cuando abiertamente señalaron en su momento como dictador al ahora expresidente, Andrés Manuel López Obrador y que siguen acusando de lo mismo a la presidenta, doctora Claudia Sheinbaum Pardo, quien al respecto y a pregunta expresa del porqué no se desliga de AMLO, ella respondió que cómo se va a desligar si son del mismo movimiento; pero esa es historia aparte.
Esos sentimientos encontrados se dan, porque como en el caso de los comunicadores, lectores de noticias y periodistas de la tercera edad, ni modo que hayan estado enterados o hayan sabido de lo que fueron aquellas terribles dictaduras militares en nuestro continente e incluso aquí mismo en México cuando se dieron las represiones a las manifestaciones de médicos y enfermeras, ferrocarrileros, estudiantes (2 de octubre no se olvida y 10 de junio, tampoco) y de todo tipo de trabajadores cuando mostraban descontento por hambre, maltratos y poca o nula atención a los campesinos y pescadores.
Pero existe la posibilidad de que estas personas mayores de 60 años de edad que se dedican a los medios informativos y los de otros rubros que despotrican en contra de la Cuarta Transformación, tal vez hayan vivido en una burbuja de cristal que al abrirla de vez en cuando nada más veían en una sola dirección, tal y como los equinos a los que les ponen unos artefactos a los lados de los ojos para que no puedan ver hacia los lados para que nada los distraiga del camino que tienen que llevar. Un claro ejemplo lo tenemos en la declaración de Pedro Aspe Armella, quien fuera secretario de Hacienda en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), cuando afirmó que la pobreza en México era un mito genial.
Sin embargo, así como Aspe Armella hay infinidad de políticos y funcionarios, así como del sector empresarial que creen que todo mundo vive como ellos e incluso, hasta en muchos ciudadanos existe este pensamiento al no conocer cómo se vive en las periferias de las ciudades o de que existan pepenadores que durante generaciones han pasado sus vidas hurgando en los basureros o rellenos sanitarios.
He ahí como cuando las noticias malintencionadas denostando al gobierno de Nicolás Maduro en la hermana República de Venezuela, cuando se magnificaron las noticias y videos mostrando a algunos venezolanos dizque buscando comida en la basura, lo que también siempre ha sucedido en muchos países.
Sea pues. Vale.
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