CON PRECAUCIÓN
Las Madres son para siempre
Por Sergio Mejía Cano
Muchas felicidades y enhorabuena a todas las Madres, tanto a las dadoras de vida, así como también a las mujeres que, por circunstancias de su propio destino no tuvieron la dicha de concebir o que por diversos motivos no pudieron cumplir con la reproducción natural; pero que, en sí, llevan arraigado por siempre el instinto y espíritu maternal.
Desde luego que, como siempre, sale a relucir la pregunta de por qué se festeja más a las mamás que a los papás; sin embargo, la respuesta es muy obvia, pues está plenamente confirmado que entre la humanidad, así como en la mayoría de las demás especies que habitan este planeta, es la mujer y la hembra, respectivamente, la que ha preservado a sus mismas especies, ya que el varón, así como en la mayoría de los demás seres vivientes, por lo regular los machos después de aparearse le dejan toda la responsabilidad a la mujer y a la hembra.
Claro que, desde luego, hay sus excepciones, pero entre los humanos, así haya hombres obligados y responsables con sus hijos y con su mujer, predominan más los varones que así cumplan con los gastos necesarios para la manutención de sus familias, en sí le dejan toda la carga a la mujer, muchos de ellos sin llegar a preguntar qué más hace falta, pues consideran que, con tan solo dejar el gasto, la compañera se las arreglará en todo lo necesario en el gasto familiar.
Es muy raro oír, saber o enterarse que haya varones que, aparte del gasto le den a su mujer una cantidad adicional para que especialmente se compre lencería o ropa interior, como se dice coloquialmente.
Infortunadamente, como suele suceder en muchas mujeres, así como en niños, niñas o personas de cualquiera edad que en su día no sienten muchas ganas que digamos de festejar algo, y no nada más sufren las mujeres que han perdido algún hijo o que son severamente maltratadas tanto por su esposo como los mismos hijos y hasta las nueras o yernos, porque también hay mujeres que han hecho hasta lo impensable con tal de sacar a sus hijos adelante, ya sea por tener un esposo desobligado, incapacitado o que fue abandonada con uno o varios hijos; sobre todo las mujeres que, al enredarse sentimentalmente desde muy joven no pudo terminar sus estudios y no aprendió ningún oficio, por lo que al verse abandonadas se les cierra al mundo teniendo que recurrir a lavar y planchar ajeno, asear casas o ya en determinado caso, tener que entrar a la mal llamada vida galante.
Sin embargo, el viacrucis para la mayoría de las mujeres que se vieron obligadas a tener que prostituirse, pues prácticamente de inmediato no falta el vividor que las engatusa, para posteriormente explotarlas y quitarles el dinero ganado con su cuerpo con la intención de tener que llevar a la boca de sus hijos. Pero también el riesgo que llevan estas mujeres al tener que hacer venta de su cuerpo a personas desconocidas con posible mentalidad asesina o mínimo golpeadora y maltrato hacia las mujeres o que, hasta incluso, sean tratantes de mujeres y después de drogarlas o bajo amenazas llevárselas a otras ciudades teniendo que abandonar hasta a sus hijos.
Hay personas que piensan o creen que muchas mujeres entran a la supuesta vida galante por gusto y por lo mismo, hasta se burlan de ellas o las denuestan sobajándolas de tal manera como mujeres sin sentimientos, sin tomar en cuanta de que nadie sabe lo que pesa el muerto más que quien lo va cargando. Por lo que se intuye que, detrás de cada mujer que ha tenido que recurrir a la también llamada mala vida, hay toda una serie de circunstancias que las orillaron a adentrarse en ese nocivo mundo, pues como se menciona líneas arriba, hay mujeres que no recibieron una buena educación o enseñanza, ya sea por no poder asistir a la escuela o porque en su propia familia sus padres jamás se preocuparon por el futuro de sus hijos o por haber quedado huérfanas a temprana edad o ya de adultas, haber sido abandonadas o quedar viudas y sin ninguna preparación y con varios hijos que mantener y sin poder recibir ningún tipo de ayuda de sus demás familiares o por estar lejos de ellos.
Así que toda mujer merece admiración y respeto sea cual sea su situación de vida, por lo que tal y como se dice en la mayoría de los estratos sociales: el día de la madre no nada más debe ser un día al año, sino todos los días, pues sin importar lo que esté ocurriendo, una mamá nunca deja de serlo, así alguien la tache de haber abandonado a sus hijos, pero sin saber los motivos y circunstancias que la orillaron a eso.
Sea pues. Vale.
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