CON PRECAUCIÓN
Se diluyen cada vez más las expectativas en el gremio ferroviario
Por Sergio Mejía Cano
Cuando triunfó Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en los comicios electorales de 2018, por lo que llegó a la Presidencia de la República, despertó grandes expectativas entre gran parte del gremio ferroviario caído en desgracia al ser reprivatizadas las líneas férreas a la Iniciativa Privada (IP), quienes ya tenían más de 20 años esperando resolución a sus demandas laborales, en las que peleaban una justa indemnización, así como buenas jubilaciones y otras reclamaciones como pagos de antigüedad, primas vacacionales, etcétera.
Sin embargo, ahora que AMLO está por concluir su mandato aún no se vislumbra la luz al final del tunes, pues la mayoría, si no es que todas las demandas interpuestas desde el año de 1008 y desde antes, siguen sin ser resueltas, pues sin saber por qué, a las demandas laborales interpuestas por los ferrocarrileros que quedaron en la calle al perder su trabajo debido a la concesión a la IP, se les siguen dando largas sin ninguna explicación congruente de por medio.
Desde luego que hubo varias épocas en que renacían las esperanzas de los ya exempleados ferroviarios cuando AMLO delegó el asunto a la Secretaría de Gobernación (SG), cuando estuvo al frente la exministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la señora Olga Sánchez Cordero, quien delegó a su vez el asunto de las demandas ferroviarias al entonces subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, quien en cierta forma atendió a los diversos grupos de demandantes ferrocarrileros; el problema vino después cuando se acrecentó aún más el problema de los normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos misteriosamente en el 2014, por lo que posiblemente el asunto de los exempleados ferroviarios pudo haber pasado a segundo plano, pues claramente se vio y comprobó que el asunto de los 43 normalistas desaparecidos tenía prioridad sobre todo lo demás.
Pero al salir la exministra Sánchez Cordero de la SG y quedar en su lugar el señor Adán Augusto López Hernández, este neo secretario de Gobernación llegó a tener algunas mesas de diálogo con los representantes de los diversos grupos de ferrocarrileros en desgracia, sin llegar a nada concreto más que la promesa de estar al tanto de las demandas laborales de los ferroviarios; sin embargo, al salir de la SG, Adán Augusto López y, por ende, también la salida de Alejandro Encinas de la Subsecretaría de Gobernación, dio al traste con las esperanzas de los demandantes ferroviarios al ver que el tiempo pasaba y no se llegaba a nada de nada en cuanto a la resolución de las demandas con más de 20 años y aún más.
Obviamente que se volvieron a despertar las buenas expectativas en el gremio ferroviario, cuando AMLO, en su conferencia matutina anunció que se les haría justicia a los trabajadores electricistas de la otrora Compañía Luz y Fuerza del Centro, compañía que desintegró Felipe Calderón Hinojosa; despertó esperanzas entre el gremio ferrocarrilero en desgracia, pues al a mayoría hizo pensar que seguían los ferrocarrileros en recibir justicia laboral; pero hasta el día de hoy no se ve aún nada claro.
Y precisamente a propósito de la conferencia matutina de AMLO, la semana pasada un reportero, al parecer de Veracruz, le volvió a recordar este problema al presidente de México, quien una vez más se comprometió a decirle a la ahora Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, que se abocara en el asunto y que pronto los ferroviarios recibirían una respuesta.
El grave problema que vislumbran los ferrocarrileros demandantes, es que el tiempo se agota, pues ya pronto AMLO dejará el mandato, por lo que existe una gran incertidumbre entre los ferroviarios sobre lo que vendrá después: si quien quede en la Presidencia de la República los atenderá o no o le darán carpetazo al asunto, pues a fin de cuentas, ya van decenas de exferrocarrileros que han abandonado este mundo llevándose su esperanza al infinito y más allá, y con la posibilidad de que algunos más de estos extrabajadores ferroviarios se vayan sin recibir ninguna resolución a sus demandas laborales, debido a que la mayoría ya son puros adultos mayores de los 60 años de edad.
Entre buena parte de exferroviarios se rumorea que posiblemente haya muchos intereses económicos de por medio y que entre los concesionarios haya peces gordos que aún se consideran intocables, pues pasa el tiempo y como si nada hubiese pasado con el gran daño que se le hizo no nada más a la Nación, con la pérdida de trenes de pasajeros, y a la planta laboral.
Sea pues. Vale.
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