CON PRECAUCIÓN
El supuesto adalid de los Derechos Humanos quiere poner el ejemplo
Por Sergio Mejía Cano
En una charla informal con camaradas de la tercera edad, salió a relucir el tema de la certificación del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, respecto a la violación de los Derechos Humanos en México, por lo que también surgió la pregunta de si los Estados Unidos tiene la calidad moral para hacer ese tipo de certificaciones siendo que es el principal violador de derechos humanos no nada más en su propio país, sino del mundo entero.
Ante este hecho, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se ha pronunciado varias veces al respecto, diciendo que este dictamen del gobierno gringo es una intromisión y una falta de respeto a la soberanía no nada más de México, sino de los demás países en donde ha metido su cuchara el vecino país del norte que, tal y como se ha determinado en varios sectores de la sociedad mexicana, los Estados Unidos se creen la policía del mundo, en donde han querido imponer su dizque democracia, pero a su modo .de los Estados Unidos- y no como lo autodeterminen los pueblos que son o se dicen democráticos.
Sin embargo, y como nunca falta un prietito en el arroz, en esta charla no faltó quien dijera que, en cuanto a injerencia, el mismo AMLO tenía la culpa debido a que se ha inmiscuido en los procesos electorales de otros países como en Argentina, Bolivia, Perú y últimamente en Ecuador, en donde no les gustó que el presidente de México se refiriera a por qué había triunfado un ciudadano norteamericano, pero hijo de del que se dice es el ecuatoriano más rico de ese país sudamericano: Daniel Noboa. Así que AMLO no tenía por qué quejarse de que el Departamento de Estado de aquel país norteño señale la violación de los derechos humanos en México.
Pues será el sereno, pero AMLO no hizo sino hablar de los comicios electorales de Ecuador y de cómo influyó en el triunfo de Daniel Noboa, el asesinato de otro candidato, Fernando Villavicencio, que se estaba pronunciando en contra de la corriente que sigue al expresidente de Ecuador, Rafael Correa; señalando AMLO que posiblemente debido a este asesinato fue que ganó Noboa y más, por echarle la culpa a la corriente izquierdista cuya candidata era la abogada, Luisa González, como los posibles actores intelectuales de dicho asesinato, lo que tal vez se creyeron muchos ecuatorianos debido a todo lo que despotricaba el asesinado Villavicencio sobre la corriente que se identifica con el expresidente, Rafael Correa, hoy exiliado en Bélgica.
Pero volviendo a la incongruencia de que los Estados Unidos certifique a otros países en cuestión de violación de derechos humanos, es cuando se recuerda el dicho de que “el buen juez por su casa empieza o que hay quien ve la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio”, pues es muy sabido y muy documentado de que si hay un país que viole flagrantemente los derechos humanos en la mayor parte del planeta, si no es que en todo el orbe, son precisamente los Estados Unidos de Norteamérica, ya que para sus gobiernos pasados, presentes y a la mejor también los futuros, los únicos humanos que existen son los de piel blanca y de ojos claros, pensando quizás que las personas de otras naciones son una especie de subhumanos, gente de segunda clase o menos.
Y esto no es cuento, pues el más claro y reciente ejemplo es la masacre contra el pueblo palestino, en donde se informa que ya son más 25 mil asesinados entre casi puros civiles entre los que se cuentan niños, mujeres y ancianos que no tenían nada que ver con el manejo de armas de fuego bajo ningún concepto ni se ha comprobado ninguna liga o alianza con el grupo de Hamas al que el espurio Estado de Israel califica como antagónico y terrorista.
Y habrá quién pregunte que qué tienen que ver los Estados Unidos en este genocidio. Pues casi nada, sino que Israel ya no existiría o no se hubiera podido extender tanto invadiendo territorios palestinos y árabes de no ser auspiciados y la protección por parte de los Estados Unidos. Así que no es muy descabellado preguntarse si acaso le importan los derechos humanos a los Estados Unidos al permitir esta masacre y otras más en la mayor parte del mundo.
Pero también en su propio país, pues si hoy en día son más tolerados los afroamericanos, a muchos de los descendientes de aquellos africanos traídos como esclavos a este continente o tal vez a todos, unos por lo menos de dientes para afuera, los siguen tratando como subhumanos, ya no se diga a los descendientes o indocumentado de otros países.
Sea pues. Vale.
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