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¿Y los viejitos cuándo?

LA SERPENTINA

POR GUILLERMO AGUIRRE

¿Y los viejitos cuándo?

**Pues ya es obligado que los partidos políticos postulen a un indígena, a un homosexual o lesbiana, y a un discapacitado, para un cargo de elección popular, ¿y los ancianos no son grupo?

Ayer escuchaba a la Consejera  presidenta del Instituto Estatal Electoral de Nayarit, (IEEN), la doctora MARÍA JOSÉ TORRES HERNÁNDEZ, redundar sobre el tema de los plazos que tienen los partidos políticos para registrar a los que serán sus candidatos a los cargos de elección popular locales, me refiero a alcaldes, diputados, diputados plurinominales, suplentes de diputados y regidores, ya se ha dicho y reiterado que se les dará hasta el día 20 de este mes de abril, es decir, tienen hasta el sábado próximo para determinar quién enfrentará a quien, pues una de las cosas tristes, es que el registro de un candidato, no significa de ninguna manera su inscripción para ocupar un cargo, es para buscar un cargo, esto debe ser una clara preocupación para los partidos, pero más para los aspirantes.

Pero bueno, hasta ahí todo normal y conforme a lo que está establecido, en donde los institutos políticos deben de tomar nota cuidadosa, es que la doctora MARÍA JOSÉ TORRES HERNÁNDEZ, dijo y enfatizó que dentro de las propuestas de los candidatos, los partidos deben incluir cuando menos a un ciudadano o ciudadana indígena, o como hoy se les llama pomposamente, un representante de los pueblos originarios, una lesbiana o gay, o más ampliamente, un miembro de la comunidad LGBT (Lésbico-gay-bisexual-transexual) y un persona con capacidades diferentes, o sea un minusválido, o discapacitado como debe decirse, porque  hablar de «capacidades diferentes» es un eufemismo que no reconoce la diversidad, ya que al fin y al cabo, todos tenemos capacidades diferentes.

Es decir que cada partido político, debe obligatoriamente tener un candidato homosexual o lesbiana, un paralítico, y un indígena, derechos que estos grupos han venido ganando a través de diversas reformas, alegatos y consensos, y los cuales ya están plasmados y deben obedecerse a la hora de tener candidatos.

Pero me pregunto yo, ¿por qué los ancianos o sea, los senectos, las personas de la tercera edad, no tienen derecho a tener un representante en la cámara de diputados?.

Seguramente existen más ancianos considerando que la edad de la jubilación en el Instituto Mexicano del Seguro Social, son los 65 años de edad, que gay, o lesbianas, o discapacitados, o indígenas, y es seguro que son más los “viejitos”, llamados así con cariño, bueno lo diré mejor todavía, seguramente son más los “abuelitos”, que indígenas, LGBT, y minusválidos, y como la idea del congreso del estado, es que estén representadas las fuerzas y grupos que requieren alzar la voz, pues parece que es tiempo de que se les dé un espacio a los “abuelitos”.

Digo a ustedes, porque un anciano no puede estar en una curul exigiendo por ejemplo mejor trato para los senectos que son ignorados en el IMSS, o en el ISSSTE, o en cualquier otro nosocomio; por qué no puede estar en la cámara de representantes pidiendo que existan siempre lugares en asilos y demás casas de asistencia para personas vulnerables,  para aquellos viejitos abandonados a su suerte y que tienen que andar mendigando un espacio en lugares abandonados o en frías banquetas, para dormir.

Sin temor a equivocarme y sin necesidad de hacer un estudio social, me atrevo a decir, que hay más ancianos desamparados, que homosexuales indefensos.

Me parece que es más noble causa abogar por un anciano desamparado que por alguien que por ejemplo tiene sida por no haber tomado las medidas precautorias obligadas al momento de tener a un amante o pareja del mismo sexo, y que ahora anda reclamando al gobierno que no lo atiende, cuando él o ese personaje de gustos diferentes, según se dice ahora, supo perfectamente lo que hacía.

Y usted dirá seguramente, es que los ancianos ya son representados en la cámara de diputados por todos los legisladores, visto así el argumento, entonces se infiere que también los indios, o indígenas, los homosexuales, y los discapacitados, están obligadamente representados por los representantes-valga la redundancia- populares.

Así que me parece que es hora que las huestes de ancianos, que seguramente rebasan con mucho a los discapacitados, a los gays, y lesbianas, y a los indígenas, reclamen su lugar en el congreso del estado, o ¿solo los homosexuales tienen derecho?, digo porque se supone que los derechos son iguales para todos los mexicanos y claro, los nayaritas.

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