CON PRECAUCIÓN
Los famosos bautizos de bienvenida
Por Sergio Mejía Cano
En la conferencia matutina que ofrece el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ayer día 19, una periodista que se dice ser corresponsal de publicaciones en Sonora y Baja California, preguntó al secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval González, sobre los avances respecto al accidente en donde murieron siete cadetes en una de las playas de Baja California.
El general secretario de la SEDENA respondió que hay un detenido al que se está investigando por haber aplicado protocolos no permitidos y que no figuran en ningún programa de adiestramiento para quienes aspiran ingresar a las Fuerzas Armadas, afirmando que esos programas están diseñados para prestar la seguridad en todo momento a los de nuevo ingreso.
Sin embargo, es muy conocido que no nada más en las Fuerzas Armadas de nuestro país es común que a los aspirantes o elementos de nuevo ingreso se les dé su “bautizada” como bienvenida, sino también en planteles escolares, equipos deportivos, etcétera.
No sé si hoy en día se siga aplicando este bautizo en los planteles escolares, pero se ha documentado que algunos aspirantes a ingresar a determinado curso han salido hasta lesionados de gravedad. De lo que sí estoy seguro es que allá todavía hasta los años 60 y 70 del siglo pasado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, a los alumnos de primer año de secundaria, los estudiantes de segundo y tercer año trasquilaban a los de primero a quienes les decían “grajos” tal vez por la apariencia que daban las trasquiladas. Esto era una cadena de acción, pues esos alumnos de primer año de secundaria, al año siguiente eran los que trasquilaban a los que ingresaban a determinada secundaria, y así sucesivamente.
También aparte de grajos, a quien se veía con el pelo muy recortado o a rape, se les decía que parecían “quinceados”, y esto debido a que por estar en esa ciudad la 15ª Zona Militar (hoy está en Zapopan, Jalisco) y cuando alguien ingresaba a esa Zona para ser soldados o hacer carrera militar se les ordenaba cortarse el pelo tipo militar, no al rape, sino lo más reducido posible.
Es probable que se conozca personas que están o han estado en las Fuerzas Armadas, por lo que seguramente nos habremos enterado de cómo se les da o daba la bienvenida a los de nuevo ingreso, una bienvenida que aparte de bromas pesadas también incluían golpes o maltratos y cuidado y alguien se quejara porque le iba peor por chismoso, ya que según para muchos de los elementos militares, no quejarse era una muestra de hombría y machismo.
A principios del presente siglo XXI, acompañé a una sobrina a las instalaciones de la 13ª Zona Militar con sede en Tepic, Nayarit, porque estaba interesada en ver cómo era hacer una carrera profesional y graduarse con grado militar. Cuando mi sobrina, que acababa de terminar sus estudios de preparatoria, entró a las instalaciones para preguntar qué se tenía que hacer y cuáles eran los requisitos para ingresar a estudiar en la Zona Militar, mi quedé en la entrada platicando con los soldados que ahí hacían guardia. En el fragor de la plática les pregunté si los habían maltratado como bienvenida cuando ingresaron al Ejército, a lo que ambos, que eran los que hacían guardia, me respondieron que, para nada, pues eso ya estaba prohibido, porque Derechos Humanos ya había tomado cartas en el asunto y que ya se habían erradicado esos bautizos de bienvenida.
Uno de los soldado dijo que había salido de bronca con un compañero porque lo quería obligar a que le lustrara sus botas y que le aseara el entorno donde dormía y que le tendiera su litera, como se negó, el abusivo amagó con golpearlo, el que comentaba dijo que se le adelantó lanzándole un golpe y cuando el abusivo quiso devolver el golpe, el que me platicaba esto dijo que le hizo frente trenzándose con algunos golpes y al ver que no la hacía, el abusivo dijo que ahí moría. Obviamente todo quedó entre ellos y los que habían sido testigos de este conato de bronca, porque entonces sí, si alguien decía algo o se quejaba, bajita la mano le darían su merecido, pero entre ellos mismos, sin que ningún militar de mayor rango se enterara.
Sin embargo, cierta vez cuando había un módulo de la SEDENA en la Plaza Principal de Tepic, frente a la Presidencia Municipal, a quienes atendían dicho módulo les hice una pregunta similar al decirles que un familiar quería entrar, pero que tenía miedo al bautizo de bienvenida, a lo que los soldados me dijeron que ni modo, que era algo que se tenía que aguantar.
Sea pues. Vale.
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