CON PRECAUCIÓN
Telmex en discusión por su rentabilidad
Por Sergio Mejía Cano
En las redes sociales, así como en varios medios de información se dio a conocer sobre una conferencia de prensa que ofreció el magnate mexicano de origen libanés, Carlos Slim Helú, en donde resaltó su dicho de que Teléfonos de México, empresa ahora más conocida como Telmex opera con números rojos, que ya no es rentable, pero que no pretende venderla por ser una empresa mexicana.
Si bien podría ya no obtener las mismas ganancias al estar perdiendo muchas líneas de telefonía fija, lo que se supone sigue haciendo fuerte a esta empresa de comunicaciones ahora es la telefonía celular, ya que Telcel es la predominante entre las demás compañías de telefonía móvil y, además, porque se ha documentado que las demás compañías telefónicas se siguen aprovechando de la red de Telmex.
Así que tal vez lo dicho por el señor Slim Helú sea nada más un distractor diciendo que ya no es rentable Telmex, pero que aun así no la vende, en el entendido de que si ya no gana lo mismo que antes cuando la telefonía fija era lo que rifaba a nivel nacional, tal vez tampoco esté perdiendo, porque de estar generando pérdidas económicas ya la estuviera ofreciendo al mercado; pero como dice que no está en venta, tal vez sea porque se sigue sirviendo de esta empresa que en sí fue la que en cierta forma hizo crecer la enorme fortuna en dólares que se dice que tiene y que lo ha convertido en uno de los mexicanos más ricos en el mundo.
De la adjudicación de Telmex por parte de Carlos Slim, se dijeron en su momento infinidad de cosas que posiblemente muchas de esas cosas no sean más que leyendas urbanas, pues en un principio hubo voces que afirmaban que era un prestanombres de Carlos Salinas de Gortari, quien fue quien siendo presidente de la República Mexicana (1988-1994), fue quien promovió la privatización de Telmex. También se llegó a decir que Slim Helú no había pagado ningún cinco por la compañía telefónica, sino que todo fue en libros y que ya una vez en posesión de la compañía y dotándola de tecnología de punta, con las ganancias obtenidas fue que comenzó a darle algo de dinero al Estado Mexicano o a la mejor al mismo Salinas de Gortari.
Pero lo que haya sido, el hecho es que, si bien don Carlos Slim ya era un destacado empresario, según conocedores de la economía mexicana, al adjudicársele Telmex fue que comenzó a repuntar más su crecimiento económico pudiendo así, agenciarse y creando más empresas convirtiéndolo en uno de los mexicanos más acaudalados no nada más de nuestro país, sino de otros países.
En su momento, también hubo voces disidentes respecto a que la compañía Teléfonos de México no tenía por qué privatizarse, sino reformarse y modernizarse con cargo al erario; pero no, todo fue tal y como siempre se ha utilizado para tener el pretexto de las privatizaciones: dejar caer las empresas del Estado para justificar su venta a la Iniciativa Privada (IP). Así sucedió con Teléfonos de México al dejarse caer la compañía hasta casi llevarla a la quiebra aunada a la infinidad de quejas del público usuario a las que se les comenzó a dar un mal servicio con malas comunicaciones, cobros de larga distancia indebidos, fallas frecuentes en las líneas y un largo etcétera de anomalías en el servicio telefónico.
Lo curioso de todo esto es que como por arte de magia, Telmex ya una vez en manos de la IP comenzó a normalizar el servicio, algo similar a como ha ocurrido con otras empresas antes consideradas como áreas estratégicas para la Nación Mexicana, tal y como sucedió con los ferrocarriles que para justificar la concesión a la IP se llegó a decir en su momento que ya era insostenible para el Estado Mexicano seguir sosteniendo un lastre que supuestamente significaban los ferrocarriles mexicanos. Y cuando pasan a manos de la IP, pasó lo que, con Telmex, que repuntó el servicio del transporte de carga con máquinas modernas, computarizadas, pero que devengó en la pérdida de puestos de empleo y de casi el 80 por ciento del personal ferroviario.
Y a propósito de ferrocarriles, antes de la reprivatización de las líneas ferroviarias, con el servicio de los trenes de pasajeros pasó algo parecido como con el servicio de la telefonía de antaño: el mantenimiento de la refrigeración de los coches dormitorios y de primera clase se dejó de dar, se les taparon las tuberías de agua, las instalaciones de la luz al interior de los coches se cortaron y otro largo etcétera de anomalías, todo, para desestimar al pasaje que de todos modos siguió viajando así.
Sea pues. Vale.
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