Los valientes de la política

LA SERPENTINA

POR GUILLERMO AGUIRRE

Los valientes de la política

**Deberíamos ser más comprensivos con aquellos que se animan a ser candidatos a un puesto de elección popular, aun sabiendo que no ganarán nada

Pues como ustedes saben, estamos a unos días de que los partidos tendrán que definir los nombres de sus candidatos, técnicamente y de acuerdo a las formalidades exigidas por el INE y en el caso de Nayarit, por el IEEN (Instituto Estatal Electoral de Nayarit) , primeramente se llamarán precandidatos, en estos momentos se llaman aspirantes, pero dentro de unos días, serán precandidatos y luego serán candidatos, todo un ritual obedecido siempre a medias o aparentemente obedecido por partidos y candidatos, como siempre ha ocurrido.

Pero este no es el punto, en realidad el punto es que aunque la ciudadanía es sumamente crítica con todos aquellos que aspiran llegar a un cargo de elección popular, denostando a quien anuncia su interés por llegar a un puesto de elección popular, la verdad es que deberíamos de ser comprensivos y hasta compasivos con aquellos que se animan a soltarse las ataduras de un probable fracaso y andan en campaña buscando ser, regidores, alcaldes, diputados, gobernadores, senadores.

Y es que miren, con todo y que creemos que los que aspiran a un cargo, lo hacen para asegurar su manutención por varias generaciones, o cuando menos mientras dure su vida, la realidad es que de todos los que por ejemplo andan buscando ser el gobernador de un determinado estado, sólo uno ganará, este dato lo sabe el resto de competidores, es decir, si hay cinco o seis candidato de igual número de partidos, si son seis, cinco saben que no ganarán, y lo saben porque no hay ni siquiera posibilidades de un empate, vamos, en el caso de nuestro país, no tenemos ni la llamada segunda vuelta, que es una elección que se hace entre los dos candidatos que obtienen determinado porcentaje de votos, mismos que no permiten dar a uno como ganador.

Así que tenemos otro dato matón- como dicen los simplones-, tal dato es que en el caso de las Elecciones del 2024 en México, éstas serán las más grandes en la historia del país porque se elegirán cargos federales y locales de las 32 entidades federativas.

Se elegirá al titular del ejecutivo federal, o sea al presidente de la república, a 9 gobernadores, a 500 diputados federales y 128 senadores.

Sin embargo, también a nivel local habrá elecciones de congresos estatales y presidencias municipales. En las elecciones del 2024 se elegirán a las o los presidentes municipales de 1808 ayuntamientos en 30 de las 32 entidades federativas.

Tomando en cuenta tan sólo los 1808 aspirantes a ser alcaldes de sus respectivos, sólo dos entidades no tendrán elecciones de alcaldes, pero sigamos, suponiendo que cinco partidos diferentes postulen candidatos a alcaldes, porque recuerden que en el caso de las elecciones locales, las alianzas que son federales, no se aplican, entonces, suponiendo que hay cinco partidos políticos que quieren poner un alcalde, o para decirlo más elegantemente, que quieren que su candidato gane la presidencia municipal, así que siguiendo con este ejemplo tendríamos que multiplicar 1808 por cinco, tendríamos 9 mil 40 candidatos, y lo repito, de estos 9 mil cuarenta hombres y mujeres que andarán gastando sus energías, sus promesas, su dinero, su tiempo desde luego, todos ellos saben que uno de los cinco perderá irremediablemente.

Por eso les digo, en realidad deberíamos admirar a los que se lanzan al ruedo, a sabiendas que sólo harán tiempo, o pasarán tiempo sin obtener nada a cambio.

Claro, no debemos de ser tan pesimistas, recuérdese que al participar en unos comicios, aun perdiendo se gana experiencia, se aprende a perder, porque como dice el dicho, el que no sabe perder no sabrá ganar tampoco.

Por eso amigos, y amigas, yo creo que debemos de mirar con otra óptica, a quienes aun sabiendo que sólo harán no el ridículo, pero si un tiempo probablemente mal usado, y de todos modos se animan a ser candidatos de algo o para algo, verlos como valientes, más que como vividores, ¿o no? hasta mañana