CON PRECAUCIÓN
Beneficios que a veces no se les dan a los de la tercera edad
Por Sergio Mejía Cano
Es común decir y oír decir que cada quien habla de como le va en la feria. Ahora con los festejos decembrinos algunas personas decidieron viajar hacia otras partes del país para convivir con familiares, por lo que la mayoría de estas personas prefirieron hacer el viaje en transporte público para evitar la fatiga de tener que manejar por más corto que pudiera ser el trayecto.
Hace algunos años alguien comentó y documentó que nuestro país estaba envejeciendo, pero no el país en sí, sino que se refería a la población debido a que cada día crecía más la población de adultos mayores, de los jóvenes de la tercera edad (como dijera aquel), gracias a la expectativa de vida no nada más en México, sino en gran parte del mundo excepto en los países en conflictos bélicos en donde la vida llega apenas a la infancia.
Hoy en día la vida de mucha gente ha llegado a rebasar los 70 años de vida, quienes gozan de los beneficios que otorga el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), antes denominado Instituto Nacional de la Senectud (INSEN); sin embargo, dichos beneficios no se conceden tal y como están dispuestos. Uno de ellos es que en la misma ley del INAPAM se establece claramente que la credencial de este instituto sirve como identificación oficial, pero en ningún lado o casi en ningún lado se acepta dicha credencial del INAPAM como tal; casi, porque alguna vez teniendo que alegar y pidiéndole al gerente de determinada tienda departamental que leyera la ley y comprobara así que sirve como identificación oficial; sin embargo, ese gerente se protegió diciendo que eran las reglas de la tienda recibir como identificación oficial nada más la credencial para votar o pasaporte.
Así que, volviendo al tema de haber viajado para pasar las fiestas navideñas con familiares en otra ciudad, algunos adultos mayores coinciden en que les sucedió prácticamente lo mismo al acudir a la ventanilla de determinada línea de trasporte foráneo de pasajeros: la persona encargada de la venta de boletos les dijo que ya no había asientos disponibles con descuento del INAPAM, que si les urgía viajar sí había lugares con pago completo.
Anteriormente se ponía como pretexto que solamente se tenían autorizados dos lugares con descuento para los adultos mayores; hoy se dice que el número ha aumentado a ocho lugares por unidad de transporte, el problema es que ha habido ocasiones en que sin ser temporada vacacional de todos modos las personas encargadas de la venta de boletos aducen que ya está acaparada la cantidad de asientos con descuento.
Claro que en temporada vacacional esto se agrava aún más debido a que también se les hace descuento a estudiantes y maestros, por lo que solamente se tiene la posibilidad de adquirir el descuento adquiriendo el boleto con anterioridad, es decir, comprar el boleto con días de anticipación; sin embargo, hasta así ha veces es difícil gozar a un adulto mayor del descuento por la gracia de haber llegado a la juventud de la tercera edad.
Justo es reconocer que no todas las líneas de autotransporte foráneo de pasajeros tienen el límite de determinados asientos con descuento para el INAPAM, porque hay líneas que en sus mostradores muestran el letrero de “sin límite para adultos mayores” o algo así.
El caso es que por lo regular muchos jóvenes de ambos sexos que les toca atender a los adultos mayores, en ocasiones lo hacen casi con desprecio a quienes pertenecen ya a la senectud, tal y como si entre su familia no existieran los adultos mayores y prácticamente quienes atienden al público usuario hacen lo mismo con los viejos como con estudiantes y maestros nada más por poder gozar de un beneficio que no depende de quienes llegaron a la tercera edad, de ser estudiante o maestro, sino que hay disposiciones oficiales que son las que han dictado estos descuentos para facilitar en cierta forma la economía de los viajantes.
Pero para no ir tan lejos, este desprecio a los adultos mayores y estudiantes, se puede comprobar en el servicio del transporte urbano, ya que muchos choferes si ven que la mayoría de la gente que le solicitan la parada (sin albur) son estudiantes o ancianos no se detienen a dar el servicio, dejando con la mano extendida al pasaje; y menos detienen el camión o combi los choferes cuando son puros estudiantes o jóvenes de la tercera edad quienes solicitan que se detenga para abordar la unidad del transporte urbano, como si los choferes fueran a perder su economía por cobrar la mitad del pasaje.
Sea pues. Vale.
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