CON PRECAUCIÓN
Tristes y alegres festejos navideños
Por Sergio Mejía Cano.
En estas fiestas decembrinas en que la mayor parte de la población festeja, habría que comprender a quienes no lo hacen con el mismo entusiasmo a quienes no les llegaron los recursos económicos esperados para estas fechas.
La cuestión en sí puede ser muy sencilla nada más con el consabido de ponerse en los zapatos de los afectados que no recibieron en tiempo y forma el dinero que esperaban para poder gozar de una cena digna, ofrecer regalos adecuados a la fecha o hasta para pagar deudas pendientes que, en sí, es lo que mucha gente es lo que espera.
Así que por lo mismo, habría que comprender fehacientemente el que los sindicalizados del Sindicato Único de trabajadores del Estado y Municipios (SUTSEM) hayan protestado al no recibir sus prestaciones en el tiempo requerido y estipulado y que por esto, hayan bloqueado calles y avenidas impidiendo el tránsito vehicular afectando con esto el libre tránsito ocasionando demoras y desvíos que dieron pie a críticas y reclamos ciudadanos que se vieron afectados por la interrupción al no poder desplazarse como cotidianamente lo hacen. Pero esto de los bloqueos de la vialidad se podría ver nada más como un efecto, pero no de la causa que originó todo esto y en lo que, en sí, la población no tiene por qué sufrir estas consecuencias; sin embargo, es lo primero que sale a flote: la falta de recolección de basura, sobre todo. Y si bien existe una enorme carencia en los servicios públicos, en la falta de agua y en la recolección de basura es en donde más se reciente esta falta de servicios públicos, lo que contrasta obviamente con el eslogan de la “ciudad que sonríe”, ya que por lo mismo de la falta de estos servicios públicos la ciudadanía no sonríe, sino que llora y se acongoja.
Es obvio que al sufrir las consecuencias de estos paros por parte de los servicios públicos el malestar se cargue en contra de los trabajadores afiliados al SUTSEM, quienes reclaman únicamente lo que ya tiene contemplado contractualmente; que las autoridades correspondientes digan que no les han llegado los recursos correspondientes para cubrir las prestaciones que les corresponden a los trabajadores del Estado y Municipios claramente que no es culpa de estos trabajadores, sino de una administración que tal vez no prevé con la anticipación debida el poder cubrir estos pagos contractuales en tiempo y forma.
Y si bien entre la población que sufre estas consecuencias del paro de los servicios públicos, queda claro que entre gran parte de esta población están familiares de los trabajadores al servicio del estado y municipios debido a que en el estado de Nayarit lo que más mueve la economía es precisamente la clase burocrática que, junto con el comercio es lo que ha fortalecido la economía nayarita, porque al no haber industria fuerte, lo que mueve a Nayarit es la burocracia y el comercio en sí.
Así que, si los trabajadores de a pie de la burocracia no reciben sus prestaciones correspondientes, como en cascada deviene el deterioro económico en el comercio y que por lo mismo hace naufragar la economía al no haber movimiento de recursos económicos al no tener gran parte de esa población que depende de la burocracia efectivo suficiente para gastar y, por ende, mover el efectivo y hacer efectiva la fluidez económica.
Quienes critican los bloqueos de calles y avenidas por el paro laboral deberían de ponerse a pensar que los trabajadores en sí no tiene la culpa, ni sus dirigentes sindicales, y tal vez ni siquiera las autoridades correspondientes cuando señalan que no han recibido los recursos económicos para paliar los gastos correspondientes que significan los gastos de tener que pagar a tiempo sueldos y aguinaldos, así como demás prestaciones laborales; sin embargo, obviamente que tendría que haber un responsable de esta falta de pagos laborales a tiempo, y he ahí el meollo del asunto, porque de que tiene que haber al menos un responsable, desde luego que lo tiene que haber.
Así que, por lo mismo, las autoridades correspondientes tendrían que informar a la ciudadanía el cómo y por qué no llegan o no hay los recursos suficientes para cubrir las prestaciones correspondientes a los trabajadores de la burocracia de a pie quienes, al fin y al cabo, resultan ser los más afectados siempre.
Una realidad palpable es que en estos festejos navideños hubo gente feliz; pero también hubo tristeza y desasosiego entre muchas familias más.
Sea pues. Vale.
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