CON PRECAUCIÓN Sergio Mejía Cano
Arrancó, en calidad de prueba, el Tren Maya
Por Sergio Mejía Cano
Ahora que empezó a rodar el Tren Maya, al menos en calidad de prueba, se despertó una gran inquietud entre el gremio ferroviario tanto activo como de jubilados y pensionados; entre los activos por existir la posibilidad de que se fuera a abrir la bolsa de trabajo por parte del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) y, entre jubilados y pensionados para en este caso, poder colocar a sus descendientes para que siga persistiendo la gran familia ferrocarrilera.
Sin embargo, hasta hoy, de acuerdo a un sondeo entre gente allegada a dicho sindicato, aún no hay señales de que sea personal ferroviario tradicional quienes tomen control del área operativa, pues se ha documentado y se ha sabido que, quienes han estado moviendo el Tren Maya hasta el momento es personal militar al que se ha capacitado para el propósito, dejando de lado, tal vez por el momento, al STFRM; tal vez, porque podría existir la posibilidad de que cuando se inaugure de bien a bien el próximo mes de diciembre de este año la operación de los trenes que se dice van a rodar por la península de Yucatán, se llegue a requerir más personal por la posibilidad de que el que está capacitando la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), sea o llegue a ser insuficiente.
Pero, al preguntar a varios ferroviarios que están trabajando, la mayoría coincidió en que en caso de que llegara a haber vacantes en el tren Maya, no se irían para allá bajo ningún concepto, pues significaría mucho tener que hacer el cambio de residencia, así como tener que mover la familia y en sí, todo el estatus adquirido hasta ahora. Así que las posibilidades de que quienes operen y manejen el Tren Maya, será personal militar y, desde luego, del entorno por donde pasará este tren.
Para jubilados y pensionados es otro aspecto el que ven, pues de abrirse la bolsa de trabajo para civiles y no nada más para personal militar o afiliado a la SEDENA de algún modo, es debido a la posibilidad de poder acomodar en este tren a los descendientes para que no se pierda la cadena de la gran familia ferrocarrilera que en sí, se podría decir que ya casi se pierde esta cadena, pues en las líneas férreas concesionadas ha entrado mucho personal cuyos ancestros jamás tuvieron ningún tipo de relación con los ferrocarriles, personal nuevo que ha entrado a trabajar a los ferrocarriles por haber sido favorecidos de algún modo ya sea por influencias, por corrupción de los dirigentes sindicales haciendo con esto un desplazamiento a los hijos de los antiguos ferroviarios que siguen y tal vez seguirán haciendo fila para ver si algún día se abre la oportunidad de seguir con la tradición familiar de los ancestros ferroviarios.
Obviamente que ha habido disgusto entre ferrocarrileros tanto activos como jubilados como pensionados, cuando se oyó decir al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que la operación del Tren Maya estará a cargo de la SEDEN; sin embargo, en cierta forma tiene su razón AMLO al tomar esta medida, pues hoy en día los ferrocarriles que alguna vez nacionalizó el Tata don Lázaro Cárdenas del Río en el año de 1937, ahora estos ferrocarriles vuelven a estar en manos extranjeras con alguna participación menos de la Iniciativa Privada Mexicana; pero son los menos, pues todas las líneas hoy concesionadas y que antes pertenecieron totalmente a nuestro país, sus ganancias se administran en los Estados Unidos de Norteamérica.
Ahora se sabe y se ha comprobado fehacientemente que, a los ferrocarriles mexicanos les pasó lo mismo que a los bancos en nuestro país: a los ferrocarriles se les anticipó en 1987 la cancelación de la concesión a quienes las administraban para aglutinarlas en una sola: los Ferrocarriles Nacionales de México, para luego entregar estas líneas férreas al extranjero y, con los bancos, con la dizque nacionalización que decretó el entonces presidente José López Portillo (1976-1982); pero que todo fue una artimaña para despojar a los antiguos banqueros mexicanos de su patrimonio, hacer la faramalla de que se volvían a privatizar en manos mexicanas; aunque esas manos no supieran lo que era administrar un banco, para posteriormente entregar la Banca a los extranjeros.
En su momento se documentó cuando Carlos Salinas de Gortari repartió los bancos entre sus amigos, ya no le dio oportunidad de recuperar Bancomer a su antiguo propietario, el poblano Manuel Espinosa Yglesias, por estar ya todo concebido de antemano para favorecer a los extranjeros.
Sea pues. Vale.
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