LA SERPENTINA
POR GUILLERMO AGUIRRE
Paradoja indígena
Los habitantes de los pueblos originarios se niegan a usar métodos anticonceptivos y prohíben a sus mujeres a usarlos, trayendo al mundo a muchos hijos que vivirán en la miseria
Vaya, pues por fin escucho a una mujer indígena atreverse a decir la realidad de la gente de su raza, me refiero a la señora MARINA CARRILLO DÍAZ, quien es la presidenta de «Mujeres de los Pueblos Originarios de Nayarit» y quien lamenta la situación de vida de sus paisanas indígenas, quienes asechadas por hombres que toda la vida han considerado a la mujer, no un objeto, sino algo peor que un objeto, una especie de mercancía que se puede traer, comprar, vender, usar como se dé la gana, humillarla, sobajarla sobajarla, y cosas parecidas a estas.
Desde luego, quiero suponerme que habrá hombres de estos llamados pueblos originarios que darán el trato que corresponde a su mujer, como se debe hacer en cualquier tribu, o raza, es decir no es posible seguir usando los subterfugios que los habitantes de los pueblos originarios deben ser tratados como si no fueran como nosotros, y creo que es aquí- en el momento de tratarlos como criaturas indefensas- que es donde empieza la verdadera discriminación hacía estas personas.
Pues el caso es que dice la presidenta de los pueblos originarios, MARINA CARRILLO DÍAZ, que debido al machismo que prevalece en los pueblos originarios el uso de preservativo por parte de los hombres es inexistente, dado que su desconocimiento sobre este, en conjunto con sus creencias, prefieren no usarlo.
Además MARINA CARRILLO, confirmó que en este sentido, también las mujeres son reprimidas, dado que sus parejas se niegan a que ellas usen algún método anticonceptivo, pues todavía están en la idea de los hijos que Dios mande.
Y es en este punto en donde alguna autoridad, alguna dependencia de las tantas que reiteradamente van a entregar apoyos económicos, asistencia alimentaria, campañas de salud, entre otras, ya debe presionar a los machos de estos pueblos wixarikas y nayaree , es decir Huicholes y Coras, a que traten a la mujer, tal como debe hacerse con todo ser humano, es decir sin las acostumbradas humillaciones que ellos consideran parte de la vida diaria.
En estos pueblos, Dios guarde la hora en que las mujeres a escondidas empiecen a cuidar su salud reproductiva, porque si son descubiertas, bien puede ser causal hasta de castigarlas a golpes, sin importar que sean lastimadas con dureza, el macho indígena se desquita de su frustración de ser ocioso y huir del trabajo, golpeando a quien menos resistencia le pone y pues casualmente es su esposa, la más débil en la cadena familiar cercana.
La activista MARINA CARRILLO DÍAZ, indicó que estima que al menos el 40 por ciento de las mujeres indígenas no utilizan ningún método para evitar salir embarazada lo que trae como consecuencia que tengan bastantes hijos, aun cuando su condición económica es precaria, y conociendo a muchos amigos de estos pueblos originarios con los que eventualmente he tratado el tema de los métodos anticonceptivos, les puedo decir que la activista MARINA, se quedó corta, deben ser quizá hasta un 90 por ciento de las mujeres indígenas que no usan ningún método con el fin de no quedar embarazadas.
Y por otra parte, concuerdo con Marina Carrillo Díaz, quien considera que impedirles que usen un método anticonceptivo también es una forma de violencia, puesto que hasta ahora y en pleno siglo 21 todavía no pueden decidir sobre su cuerpo y maternidad, ante ello, recordó la urgencia de que las instancias pertinentes trabajen en este sentido.
La gran ironía de todo esto, es que esta negatividad a usar formas de cuidar su salud reproductiva, la hacen etnias que viven en la precariedad económica, y que insisten en traer cada 9 meses un hijo al mundo, para que luego este hijo, juntamente con la mujer, ayude a trabajar al macho paterno, al padre que así, con muchos hijos a quien puede mandar, los pone a trabajar en todo aquello que represente un ingreso para el papá, no para los hijos, quienes son utilizados en calidad de casi semi-esclavos, ya que todo lo que ganan, lo recibe el jefe de la tribu paterna, que es, obvio, el padre.
Y por supuesto que coincido plenamente con la presidenta de los pueblos originarios, en el sentido de que es obligado que ya alguna autoridad, les diga a los habitantes llamados originarios, que no son ni minusválidos, ni retrasados, ni menos inteligentes que el resto de habitantes del estado, para que se reintegren a la vida cotidiana de los nayaritas, el alcoholismo por ejemplo, es uno de los grandes vicios de estas etnias, y hasta donde se sabe nadie ha querido quitarles esta mala costumbre que es de civilizaciones modernas…así que a empezar a integrarse como debe ser…hasta mañana
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