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Cuotas voluntarias-obligatorias en la educación básica

CON PRECAUCIÓN

Cuotas voluntarias-obligatorias en la educación básica

Por Sergio Mejía Cano

Cada inicio de ciclo escolar queda muy claro que la Unión Estatal de Padres de Familia (UEPF) es puro parapeto, por más que diga y afirme su dirigente de que atenderán las demandas de los cobros indebidos impuestos en las escuelas públicas de educación básica, todo queda en puro ruido mediático, dejando de manifiesto que dicha Unión no representa a todos los padres de familia en Nayarit, sino a unos cuantos que ven nada más por sus mismos intereses, tal vez en concordancia con algunos directivos de estos planteles educativos.

Esta UEPF no necesita que los padres de familia levanten reportes de cuotas que les obligan a pagar, porque lo que debería de hacer esta asociación es formar cuadros de inspección y acudir sin avisar a las escuelas y así comprobar fehacientemente cómo se obliga a los padres de familia a pagar determinadas cuotas o tener que comprar útiles y accesorios en determinados negocios o comercios, para así, en determinado caso levantar las denuncias correspondientes ya sea civiles o hasta penales para meter en cintura de una vez por todas a esos directores y directoras de las escuelas públicas, así como a los representantes de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que no han perdido la costumbre de quedarse con parte del presupuesto y así pedirles a mamás y papás materiales de limpieza, así como cuotas obligatorias para reparaciones menores de sus planteles educativos.

Haciendo un sondeo entre familiares, vecinos y conocidos, la mayor parte de las quejas son en sentido de que les han pedido desinfectantes, detergentes, escobas y trapeadores y hasta vasos desechables y, si algunas de las tuberías de los baños o los lavabos están inservibles, pedir dinero para su reparación. Siendo que abiertamente el mismo presidente de la Republica ha dicho enfáticamente y a cada rato, que hay presupuesto para todo lo que necesite un inmueble en donde se imparten clases, que sigue en vigor el artículo tercero constitucional en donde se dice claramente que la educación pública, apare de ser laica, es gratuita y, si directivos tanto de la SEP como de las escuelas no entienden o no saben lo que quiere decir gratuito, que vean un diccionario para que comprendan que la gratuidad significa que los padres de familia no tienen por qué aportar ni un cinco partido por la mitad para la educación de sus hijos, salvo su propia manutención alimenticia, de ropa y gastos de traslado.

En este sondeo con padres de familia, se oyeron voces de disgusto debido a que se les está exigiendo que acudan a un negocio denominado como “Editorial Montenegro” que, en su eslogan dice claramente: “Tecnología en Educación. Distribución y venta de libros de texto”.

Una persona comentó que una de sus hijas que acababa de matricular en una escuela que se negó a decir cuál, dijo que su hija no estaba aún en una lista que tienen en dicho negocio Montenegro que está por la avenida Insurgentes, entre la calle Colima y la avenida Prisciliano Sánchez, por lo que tuvo que acudir de nuevo a esa escuela para que le dieran el comprobante de la matrícula y así anotarla en una lista que tiene ese negocio. Y he aquí lo raro, porque menciona esta persona que, al estar llegando más personas, en este negocio Montenegro tienen las listas de los alumnos de todas las escuelas o al menos de las que alcanzó a oír que decían las personas que llegaban a pagar la cantidad de 375 pesos para que les proporcionaran dos volúmenes con la leyenda “Me divierto y aprendo 1”. Al preguntar que qué pasaría si se negaba y no compraba esos libros, una muchacha detrás del mostrador le respondió que era obligatorio so pena de que la profesora o profesor no le diera el examen a su hija (sic).

Otra persona terció que ella sí decía el nombre de la escuela en donde la estaban obligando a tener que comprar esos libros a la fuerza: la escuela “Presidente Alemán”, añadiendo además que habían pensado hacer una protesta en la SEP; pero que alguien los persuadió de que no lo hicieran, porque sus hijos sentirían o sufrirían las represalias de los directivos de la o las escuelas que están haciendo esto.

Obviamente que, aplicando aquello de piensa mal y acertarás, ¿qué acaso no tendrá algo qué ver el apellido Montenegro de los herederos del cacique de la educación en Nayarit, con este negocio del mismo apellido?

¿Por qué no investiga tanto la UEPF o el mismo gobierno estatal que ha dicho a cada rato que va a limpiar y erradicar todas las anomalías que se detecten en el Sistema de Educación?

Sea pues. Vale.

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