CON PRECAUCIÓN
Pensar sin leer o leer sin pensar no es viable
Por Sergio Mejía Cano
Cuando comenzó el affaire por los libros de texto gratuito hubo voces y las sigue habiendo que dijeron y siguen diciendo que el tema sería largo, que daría mucha tela de donde cortar y, por lo visto no se equivocaron, pues no hay día que pase sin que se dé la nota referente a dichos libros.
Ahora se da la información de que, en una localidad del estado de Chiapas sus habitantes habían apilado algunos de estos libros y les habían prendido fuego, libros que ni siquiera habían hojeado, pues según la nota de referencia, aún estaban empaquetados la mayoría de ellos.
Se dice comúnmente que para todo hay gente, sin embargo, el que haya personas que maltraten a otras especies y sean capaces de destruir libros, sí que es de lo más aberrante que pudiera tener la especie humana. ¿En qué cabeza cabe destruir libros? Cualquiera persona con dos dedos de frente y que se considere humano, por ningún motivo destruiría un libro, así no sea de su preferencia o contenga temas que no le parezcan, pues un libro es un libro que, con el tiempo podría hasta pasar a la historia ya sea por su mismo contenido por haber sido víctima de una posible destrucción.
Se supone que ningún libro es bueno o malo, en el entendido de que cada cabeza es un mundo, sin embargo, para poder hablar bien o mal de un libro, primero habría que leerlo y no destruirlo a priori nada más porque alguien lo satanizó diciendo que era malo su contenido.
¿Qué adoctrinamiento más enajenante y manipulable podrían contener los ahora cuestionados libros de texto gratuito que los libros de religiones extranjeras metidas a espada, sangre y fuego a los antiguos habitantes de este país que ahora es México? Esto sí que fue un adoctrinamiento bárbaro en aras de dizque civilizar a los antiguos habitantes y que por fuerza y temor tuvieron que heredad esas creencias exóticas del invasor extranjero a sus descendientes.
¿En dónde están esa comprensión, tolerancia, perdón, amor a los semejantes que tanto pregonan los creyentes de esas religiones extranjeras? Si algo no les gusta, es obvio que tienen que haber gente a la que sí y otras personas a las que ni les va ni les viene lo que pudieran contener los cuestionados libros de texto.
Desde siempre se ha dicho que la historia la hacen los vencedores y la ponen a su modo y conveniencia, por lo que esencialmente llenan la historia de romanticismo para crear un mundo de héroes como si fueran venidos de otras galaxias o seres iluminados cuyo pensamiento y obra tendrían que estar por encima de los demás comunes mortales; pero no es así, pues como cada cabeza es un mundo, la mayoría o todos estos héroes que ahora nos los han pintado como seres superiores, como humanos que fueron son seres humanos con sus virtudes y errores como todo mundo que camina en dos pies; pero de lo que se trata es de que siempre haya gente sumisa y manipulable que crea en lo que le dice el que supuestamente tiene comunicación directa con su divinidad.
Así que el hecho de quemar libros, para mucha gente podría significar algo similar como a un crimen, a un asesinato y hasta un daño de lesa humanidad, porque en los libros están plasmadas ideas, buenas o malas de la especie humana y, desde luego, que no se puede esperar que todo mundo piense igual, porque se debe entender que gracias a la diversidad de pensamiento en la especie humana, se han logrado grandes avances científicos y más, cuando no se detiene la humanidad haciendo caso a dogmas. He ahí la prueba de que los países dogmatizados son los que menos avances científicos han tenido a lo largo de la historia. Así que quemar o destruir un libro es como querer taparle la boca a alguien que está hablando y exponiendo su idea o tal ves su verdad; una verdad que obviamente cada quien tiene la suya propia.
Quienes están en contra de estos nuevos libros, los que quieren destruirlos y los que quemaron algunos de ellos en Chiapas, ¿acaso se sentirán o creerán descendientes de los integrantes del Santo Oficio que tanto daño hizo en nuestro país?
Y a propósito del Santo Oficio, quienes ahora se oponen a estos nuevos libros de texto gratuito, ¿habrán leído alguna vez la historia y estarán conscientes del porque hoy en día están tan vivas y presentes esas creencias religiosas dependientes todas del judaísmo? ¿Estarán conscientes de cómo y por qué su mente no se abre a otras ideas más allá de sus creencias impuestas a espada y fuego? Por eso se dice y se dice bien: piensa y actúa. Y, por supuesto que la verdad os hará libres.
Sea pues. Vale.
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