CON PRECAUCIÓN
Apologías de todo y para todo
Por Sergio Mejía Cano
Como si se quisiera tapar el Sol con un dedo, hoy en día han surgido personas que en todo ven apologías hacia el crimen, hacia la drogadicción, al narcotráfico y por supuesto, hacia el racismo y el esclavismo, promoviendo que se censuren datos históricos plasmados en películas, libros, novelas, canciones y pláticas comunes.
Nuevas generaciones se asustaron al mirar la película “Lo que el viento se llevó”, por tener escenas de esclavos y porque al servicio de una hacienda hay mujeres afroamericanas. Películas como la de “ET” dirigida por Steven Spielberg, convencieron a este cineasta de eliminar escenas en donde aparecen armas de fuego en el cinturón de un policía que persigue al extraterrestre. Y, en nuestro país hay entidades en donde están prohibidos los corridos que hablen del narcotráfico o personajes ligados al contrabando de drogas, dizque por hacer apología del crimen e incitar a las nuevas generaciones al exhibir series en donde se da cuenta que quienes se dedican al narcotráfico viven cómodamente en residencias o mansiones ostentosas.
En la misma forma se ha prohibido todo tipo de propaganda hacia los cigarrillos, al consumo de tabaco, hasta no permitiendo su exhibición en tiendas en donde se venden y menos que presenten carteles alusivos a los cigarrillos.
Sin embargo, poco o nada se dice de las canciones que hablan de las borracheras o a ingerir licores embriagantes, ¿por qué? Pues simple y sencillamente porque muchas de las canciones, sobre todo de las denominadas rancheras hablan del consumo de alcohol. Y claro que las campañas contra el consumo de tabaco, alcohol y todo tipo de drogas, es prácticamente imposible de detener, pues así hoy en día esté prohibido que haya comerciales y anuncios en contra de estos consumos ni modo que enlaten, escondan o destruyan infinidad de películas y programas televisivos en donde en la mayoría aparecen actores fumando, tomando y hasta drogándose.
En una casa en donde nadie fume ni tome y no vean los niños estos malos ejemplos en su propio hogar, de todos modos, los van a mirar en la calle o en algún programa en la televisión o película que la familia esté viendo en su propia casa; lo mismo que armas de fuego que las mirarán portándolas a los integrantes de las corporaciones policíacas, así como soldados y marinos que se ha visto patrullan algunas calles de las ciudades en todo el país.
En cuanto al esclavismo, cómo se podría erradicar de los libros de historia su existencia, una esclavitud que en cierto modo sigue vigente aunque disfrazada y en algunos países en donde todavía se practica en forma descarada; pero para no ir tan lejos, existe la compra-venta de deportistas, sobre todo en el balompié, en donde los deportistas se compran y venden como mercancía; aunque también se dice que sirve para lavar grandes cantidades de dinero; pero esa es otra historia.
Y sobre el racismo, este sigue vigente en la mayor parte del mundo, incluso en los Estados Unidos de Norteamérica, en donde constantemente se documentan casos aberrantes de este tipo de atropellos a la dignidad humana, no se diga de policías güeros hacia ciudadanos de origen afroamericano y, desde luego, hacia las naciones nativas del norte del continente hoy denominado América.
Sin embargo, y para no ir tan lejos, otra vez, en nuestro país se han dado muestras de que existe un racismo acendrado, sobre todo contra las etnias autóctonas, así como con gente de escasos recursos o simple y sencillamente por el color de su piel que si bien, aunque no sea muy oscura como los afrodescendientes aun así son discriminados nada más por eso.
¿Cuándo se han visto personas de aspecto indígena o de piel muy morena en telenovelas, comerciales de televisión o de revistas impresas, así como promocionales turísticos de playa? ¿Quién no recuerda el escándalo que se armó cuando salió a la fama la actriz de origen oaxaqueño, Yalitza Aparicio, quien recibió gran discriminación hasta de otros actores y actrices, ¿por qué? Pues porque en nuestro país hay gente que trata de ocultar a nuestra raza de bronce, de dar la apariencia de que en México somos puros güeritos y de ojos claros.
Así que, tal vez por esto, se esté corriendo el riesgo en nuestro país de que ya no aparezcan en ninguna parte publicitaria personas de aspecto indígena o de piel morena, porque harían apología a gente ya “inexistente” en nuestro país. O ya en dado caso, prohibir fotos de Benito Juárez y quitar de los libros de historia el origen de nuestros ancestros.
Sea pues. Vale.
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