CON PRECAUCIÓN
Periodismo de investigación bajo presión
Por Sergio Mejía Cano
Constantemente el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se refiere a algunos medios de comunicación como “medios de manipulación”. Y bien se podría decir que no está muy errado que digamos; aunque tal y como el mismo presidente señala: con sus honrosas excepciones. Pero por lo regular muchos medios informativos tanto impresos como televisivos y ya no se diga varios portales de internet, tergiversan muchos de los acontecimientos en el diario devenir de nuestro país.
El problema y lo más triste de esto es que, infortunadamente hay quien se deja manipular, tal vez porque así se sienta más cómodo para no tener que pensar por cuenta propia o tener que acudir a otros puntos de vista diferentes que posiblemente crea que le van a tumbar el esquema que se ha creado a lo largo de su existencia. Esto en el entendido de que para todo hay gente, lo que en sí es bueno, pues la vida sería de lo más aburrida si todos pensáramos de la misma forma o tuviésemos los mismos gustos, creencias y preferencias.
Sin embargo, si bien se dice que hay medios de manipulación, también los hay veraces y que han contribuido a abrir los ojos de la opinión pública en cuanto a hechos y sucesos de los que infinidad de personas dudan o cuestionan si son ciertos o no.
Desde luego que hoy en día el periodismo de investigación ya no se lleva tan libremente como antaño debido a la peligrosidad que esto significa, ya que si algún periodista comienza a ahondar en cuestiones de grupos criminales, del narcotráfico o de colusión de personajes políticos o empresariales, se ha documentado que corren el riesgo de desaparecer o mínimo ser amenazados tanto en su persona como en su familia, por lo que si alguien investiga sobre hechos delictuosos lo tiene que hacer muchas de las veces en la clandestinidad o por cuenta propia y riesgo. Pero lo bueno es que sigue habiendo periodistas de investigación valientes que, a pesar de poner su vida en riesgo, tratan de llegar al fondo de asuntos que atañen a gran parte de la sociedad.
Un caso muy emblemático de la fuerza del también llamado otrora como “el cuarto Poder”, es decir, la prensa, fue que gracias a los medios informativos que hicieron acrecentar la protesta de la opinión pública a nivel mundial, fue que los Estados Unidos tuvieron que retirar sus tropas de Vietnam, porque precisamente la prensa, y gringa además, dio a conocer públicamente las atrocidades que estaba cometiendo el ejército de los Estados Unidos en contra de poblaciones vietnamitas que habitaban únicamente mujeres, niños y ancianos; poblaciones que el ejército gringo bañaban con napalm y otros productos tóxicos. Así que, el gobierno estadounidense no pudo desmentir ni justificar su malvada actuación en contra de población civil, saliendo nada más con el eufemismo de que los estaban salvando del comunismo.
Otro hecho digno de encomio y congratulación para el periodismo de investigación, es el que dio pie al famoso escándalo denominado como el “Watergate”, investigaciones periodísticas que obligaron a las autoridades de allá a principios de los años 70 del siglo pasado a tener que
proceder y ahondar en las investigaciones dadas a conocer por los periodistas del Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, quienes investigaron a fondo lo que había pasado con por lo menos cinco individuos que encontraron al interior de un edificio hurgando o robando; pero que en realidad andaban sustrayendo papeles del Partido Demócrata. La investigación de estos periodistas y el juicio que se llevó a cabo en contra del equipo de reelección del entonces presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Richard M. Nixon, tuvo que renunciar al comprobarse su involucramiento con actos indebidos para poder reelegirse.
Se ha dicho por parte de analistas de estos casos que tal vez debido a lo que podría ocasionar la investigación de fondo en el actuar del gobierno estadounidense, fue que se ideó y diseñó una idea para que en lo sucesivo ya no se pudiera que los periodistas pudieran llegar al fondo de asuntos escamosos en el actuar malévolo de sus invasiones y creación de guerras, por lo que acotó veladamente que periodistas e investigadores de otros rubros pudieran acceder a documentos comprometedores.
Pero tal vez los gobiernos estadounidenses no pudieron tapar el Sol con un dedo, pues al investigar algunos periodistas sobre el motivo de la invasión a Iraq, se descubrió que Sadam Husein no tenía en su poder armas de destrucción masiva por ningún lado.
Sea pues. Vale.
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