Posible carestía especulativa
CON PRECAUCIÓN
Por Sergio Mejía Cano
El precio del huevo ha aumentado considerablemente en la mayor parte o en todo nuestro país, pues se dice en algunos medios que el kilo de este producto ha llegado a alcanzar los $70.00 pesos y el huevo “rojo” hasta los $80.00. En el portal de notisistema.com, en una nota firmada por la reportera Griselda Torres Zambrano el pasado día 21 del presente mes de febrero se informa que el economista e investigador del Centro Universitario de Ciencias Económico-Administrativas (CUCEA), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Héctor Iván del Toro Ríos, aduce que es debido a la inflación, la demanda y la gripe aviar que se dio a inicios de este año de 2023.
También da a conocer este investigador de la UdeG que será en cuestión de días que aumenten otros alimentos como el aguacate, el jitomate, la cebolla y la papa que, precisamente son productos que escasean por cuestiones de temporalidad, de sequía que ya se está previendo en algunas regiones y, esto pudiera tener una alteración directa en la producción y efectuar que prácticamente se tenga un aumento. Y concluye este investigador del CUCEA que “lo cierto es que semana tras semana los precios de los alimentos aumentan, lo que confirma la previsión de los especialistas de que la cuesta de enero se prolongaría hasta mayo”.
Lo bueno de todo esto es que así sean caros estos productos, de todos modos, los hay; lo malo es que los escondieran y no hubiese a la venta; pero, como son productos perecederos no los pueden esconder durante mucho tiempo, pues se les echarían a perder. Porque ahora también habría que tomar en cuenta que, si bien aquí no se menciona el aumento al precio del limón, este podría aumentar en cualquier momento como ha sucedido en los últimos tiempos.
Se supone que ahora con la cuaresma ya presente, el huevo se utiliza en una gran variedad de platillos, sobre todo en cuya preparación se capean con huevo batido y, a propósito de los alimentos capeados, también están los chiles rellenos, por lo que he ahí también un posible aumento en el chile poblano o gordo, tal y como se le conoce a este chile en algunas partes del país; están las tortas de papa, de camarón y un largo etcétera que ocupan el huevo para su preparación, así que lo más probable es que el precio del huevo se siga incrementando en vez de bajar su costo, pues también se habla de que si bien la gripe aviar está ya más controlada, aún hay granjas que siguen sacrificando aves aparentemente infectadas con este mal.
Pero, si bien no se pueden almacenar los productos perecederos, hoy en día con la tecnología que hay en cuanto a poder conservar algunos o todos esos productos considerados perecederos, lo más probable es que haya acaparadores de estos productos para generar su aumento de precio, teniendo en cuenta de que aun así hay quien los tenga que adquirir ya sea para la misma reventa y obviamente para su consumo.
No hay que subestimar la especulación de estos productos, pues en años pasados en que se dio un aumento en el precio del limón, tanto persa como Colima, de todos modos, había productores o distribuidores que seguían llevando estos productos a los mercados de abastos; claro que los
bodegueros adquirían menos limón por lo caro del mismo, pero lo compraban para que los minoristas, abarroteros y vendedores ambulantes tanto en las calles y rancherías tuvieran qué ofrecer a sus clientes habituales.
Y si bien los productos perecederos son más difíciles de almacenar con los que sí se podría especular serían productos como la pasta dentar y el café soluble, papel sanitario, detergentes, etcétera. Habría que recordar que allá en la década de los años 70 del siglo pasado, de pronto desaparecieron de tiendas y supermercados las pastas dentales; sin embargo, comenzaron a aparecer para su venta en las calles de algunas ciudades del país; y he aquí lo raro, pues si no había a la venta en otras partes, ¿por qué en las calles sí? Lo mismo pasó prácticamente en esos años con el café soluble que, también desapareció a la venta y después se vendía en tiraderos, tianguis y puestos callejeros exclusivos de ese producto y nada más.
Así que, por lo mismo, no nos debería de extrañar que de pronto desaparezca algún producto a la venta y posteriormente se genere un tipo de mercado negro en donde se ofrezca ese producto que no exista en tiendas ni supermercados, pues es posible que algunos comerciantes ya nos tengan la medida a los consumidores y estén previendo qué producto podrían esconder para sacar provecho.
Sea pues. Vale.
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