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Que no peleen, que para todos hay.

Que no peleen, que para todos hay.

CON PRECAUCIÓN

Por Sergio Mejía Cano

Las protestas de los taxistas en Cancún, Quintana Roo, en contra de la llegada de las plataformas de Uber y otras no es un hecho aislado, pues en la mayoría, si no es que en todas las ciudades y poblaciones en donde se han instalado estas plataformas de servicio de transporte se han presentado protestas similares y, en algunas ciudades con violencia específica de los taxistas en contra de los choferes de dichas plataformas.

Esto que ha sucedido es una vergüenza para nuestro país, pues los usuarios son los que han sufrido las consecuencias de estos actos violentos, ya que se ha documentado que los pasajeros son bajados de los vehículos de las plataformas que prestan esta clase de servicio de transporte de pasajeros tratando de obligarlos a usar un vehículo que no es de su preferencia.

Esto, desde luego, es un atentado contra el derecho de los usuarios de preferir su medio de transporte, pues en el entendido de que el que paga manda, se supone que uno o más pasajeros tienen el pleno derecho de abordar el transporte que prefiera, pues al fin y al cabo va a pagar por el servicio y no está obligado a tener que usar un transporte que no quiera.

Gobiernos estatales y municipales deben de atender este conflicto, ya que la violencia podría llegar a mayores y hasta fatales consecuencias. No es cosa menor, por lo que se debe de atender de inmediato y llamar a cuentas a los taxistas inconformes haciéndoles ver que para todos hay y de que no pueden obligar al público usuario a tener que usar determinados vehículos para transportarse, y no nada más a los turistas, sino para todo tipo de usuarios; nadie puede ser obligado a subirse a un transporte que no sea de su preferencia. Así de fácil. Y a propósito de que para todos hay, los taxistas deberían de tomar consciencia de que en todo caso se podrían quedar sin miel y sin jícara o como el chucho de las dos tortas.

Algunos pensadores han dicho que no se debe desear más de lo debido, que lo que le toca a cada quien le llega tarde o temprano. Si un pasajero no se subió a un taxi, ya llegará otro pasajero que sí lo haga. Los taxistas en estos casos deben de entender que cada quien lleva para su casa y, si en determinado caso se ven afectados en cierta forma porque supuestamente las plataformas de transporte de pasajeros les quitan el pan, deberían de comprender que también los choferes de Uber y otras plataformas también buscan su sustento y el de sus familias.

Se han dado casos que, por ejemplo, en un sitio de taxis hacen fila para dar el servicio. Llega un pasajero y le indican los taxistas que le toca el que está primero fuera en la fila; sin embargo, si ese carro que está al principio de la fila se ve o está sucio o es incómodo para el pasajero y prefiere otro, le indican que tiene que abordar al que está primero y, en caso de tratar de parar y abordar algún taxi que no sea de ese sitio, a ese otro taxi no le permiten los taxistas de ese sitio que le dé servicio al pasajero inconforme, ¿por qué? ¿Qué acaso un usuario no tiene el pleno derecho de subirse al taxi que desee?

Otro caso emblemático es cuando un taxi da servicio de llevar pasajeros a otro municipio ya sea cercano o lejano y al regreso, ese taxi de otro municipio tendrá que venirse vacío porque en caso que alguien quiera servicio, los taxistas del municipio al que llegó con pasaje no se lo permiten, de nueva cuenta ¿por qué? ¿Qué acaso los taxistas están por encima del derecho del público usuario?

Así que, si las broncas se han dado desde siempre entre los mismos taxistas, por eso no es nada raro que ahora la emprendan contra los vehículos de esas plataformas que en algunas ciudades del país ya sentaron sus reales y así sea para bien o para mal, lo que importa es el servicio de transporte que dan.

En muchas de las ciudades y poblaciones son los mismos taxistas quienes se han echado encima al público usuario precisamente por prestar un mal servicio, cobrar tarifas caras, por andar algunos choferes desaseados, ser altaneros, groseros, patanes; algunos, no todos por supuesto, pero se dan casos muy usuales. Así que, por lo mismo, mucha gente que requiere subirse a un taxi busca el que más le agrade y, si ahora con estas plataformas de servicio de transporte los vehículos están en mejores condiciones que los taxis, pues ni modo, los taxistas tendrán que aplicar aquello de renovarse o morir. Y siempre con el pensamiento de que para todos hay y lo que le te toca que no lo busque, ya llegará; que no desee lo de otros.

Sea pues. Vale.

Fotografía tomada del muro del Financiero.

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