Una lacerante realidad 

LA SERPENTINA 

POR GUILLERMO AGUIRRE 

Una lacerante realidad 

Encerrados en cuatro paredes, cinco niños, entre ellos una recién nacida, esperan día con día a su mamá que sale durante las noches y regresa al día siguiente siempre ebria 

Leo un reporte informativo en donde la Agentes de la Policía, adscritos a Código Violeta y pertenecientes a la Dirección General de Seguridad Pública y Vialidad Tepic (DGSPyVT), rescataron a cinco niños que sufrían maltrato infantil, esto en el interior de un hogar situado en la colonia El Faisán, los hechos ocurrieron apenas este pasado 9 de enero del año que vivimos, y la historia es realmente cruel; estos elementos de seguridad pública y vialidad, adscritos al código violeta, acudieron al domicilio de la colonia el Faisán, gracias a que unos vecinos conmovidos al ver la forma de vida, casi salvaje o primitiva, en una especie de sobrevivencia de cinco niños, el mayor de ellos un adolescente de apenas 12 años, y la menor una niña recién nacida que lloraba histéricamente pidiendo alimentos, quizá su leche materna, tuvieron que llamar a la policía para que se hiciera cargo de la situación. 

Al llegar los elementos a la humilde vivienda, el cuadro no podía ser más impactante, ahí estaban hacinados 5 seres humanos, el que intentaba de hacerla de cabeza de la familia, era apenas un chico de escasos 12 años, quien estaba a cargo de cuatro hermanitas, de 8, 7, 3 y días de nacidas, es decir cuatro niñas que mostraban en su cuerpo los estragos del hambre, cuyos pequeños cuerpos famélicos, debilitados, deseosos de alimentos no podían disimularse ya en su humanidad, eran demasiado visibles los estragos del hambre y la falta de comida de estos niños. 

Pues los oficiales al llegar al inmueble se entrevistaron con quien podía dar razón de la situación, como ya lo dije, era un menor de 12 años de edad, quien al preguntarle por su mamá, respondió que ella había salido al centro, asimismo, indicó que él se encontraba cuidando como todas las noches a sus hermanitas de 8, 7, 3 años de edad y una más recién nacida, ya que su progenitora trabajaba toda la noche. 

La historia hasta aquí ya es muy dolorosa para aquellos que todo lo tenemos y nos quejamos de no tenerlo todo, y más cuando nos da lástima que nuestros hijos, nietos o sobrinos, no puedan tener el iPhone de último modelo, o los tenis de la mejor marca, o que aún no les compramos una pantalla de televisión para su cuarto, el ipad, la Tablet, etcétera, todas aquellas cosas que ni en sueños seguramente podrían imaginar estos cinco niños, que con la pura presencia de su madre, estarían más que felices. 

Pero ocurre que de acuerdo a los datos dados por el adolescentito cuyo cerebro no sabe de la realidad de una vida confortable, gozosa, y de igual manera sus hermanitas de 3,7, y 8 años, sólo han conocido la desventura y la infelicidad desde que nacieron y no se diga la niña recién nacida la que seguramente y por pura lógica puedo deducir que probablemente ya tenga un daño cerebral por durar noches enteras sin comer nada, y quizá dejando de llorar de hambre porque ya no tiene fuerzas ni siquiera para emitir un sonido de dolor, en fin, ocurre que su mamá no sólo trabaja en la prostitución, ya que su rutina de acuerdo a la versión del niño y de los vecinos, es salir todas las noches a trabajar y regresar al siguiente día, y claro también por lógica, deduzco que regresa a dormir, luego de pasar noches y noches, deambulando en la espera de un probable cliente. 

Ah, pero a esto agréguele a este trágico e infeliz cuadro,  que la señora en cuestión, siempre regresa ebria, borracha pues para que se entienda, por lo cual son los niños los que tienen que atenderla. 

Así que imaginemos la escena completa, un hogar sin padre, en la práctica de ayuda tampoco tienen madre, pues la mamá de este hogar, cuando está en su casa, que es durante el día, está borracha, los niños no tienen quien les prepare comida, eventualmente los vecinos que realizan una labor de caridad y misericordia, tratan de darles algo, la vida de cinco niños, transcurre en cuatro paredes que bien podrían significar una prisión más que un hogar, porque no olviden que dejaba encerrados a sus niños mientras ella buscaba la vida a su manera, durante la noche y parte del día, así que dudo mucho que alguno de estos niños tenga ganas de asistir a una escuela, si es que alguien los inscribió, sus cargas no son las tareas de las maestra, sus preocupaciones no son el uniforme, ni los zapatos, tampoco piensan en el amiguito que tienen en el salón de clases; son: saber cómo llegará su mamá de borracha al día siguiente, si luego de curarse la cruda tendrá todavía paciencia y sentimientos para darles afectos a sus hijos y si habrá algo de comida para ellos. 

Y esta, señora y señores, es una realidad social que a veces nos resistimos a aceptar…Dios nos permita practica la misericordia más que los rituales…hasta mañana 

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