LA SERPENTINA
POR GUILLERMO AGUIRRE
Un problema de doble filo
Anuncia el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, que revisará los centros de rehabilitación de drogadictos, para clausurar los que no se apeguen a las reglas, lo que no sabemos es que pasará con los internos cuyos anexos se cierren.
Pues dice el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) , a través de su titular el penitenciarista JORGE BENITO RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, intensificará la revisión de los centros de rehabilitación de ayuda a los drogadictos, los llamados “anexos”, por diversas irregularidades que presentan la mayoría de ellos, entre ellas que explotan al interno y que no se apegan a las reglas obligadas por la propia ley, para autorizar el funcionamiento de estos centros.
Efectivamente tal y como lo dice el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, muchos, quizá la mayoría de estos centros, no todos hay que acláralo, presentan serias deficiencias en su funcionamiento diario.
Los datos oficiales señalan que hay cerca de 80 centros de rehabilitación, o anexos, distribuidos a lo largo y ancho de Nayarit, y desde luego que todos estos anexos significan una ayuda para todos los gobiernos, que simplemente no tienen recursos para enfrentar el costosísimo problema de los adictos a una droga cualquiera que sea ésta.
Y es que ciertamente, existen “anexos”, cuya manera de “hacer entender”, al adicto que está tomando un camino torcido, es a base de métodos rudos, violentos y probablemente salvajes.
Nada más que vayamos por partes, y apeguémonos a la realidad de la vida, de entrada les puedo informar que en estos 80 centros de rehabilitación, la mayoría de internos están ahí por petición de sus padres, en algunos casos los muchachos aceptan ser recluidos porque aceptan la ayuda y quieren salir del tormentoso y sufrido mundo de las drogas, pero en otros, en casi la mayoría, los padres o madres de familia, al ver que su muchacho o muchacha, se va destruyendo día a día por el consumo de enervantes, ahora con el llamado crico, o cristal, la piedra, el fentanilo añadido a las drogas tradicionales para hacer adictos casi de inmediato a los consumidores eventuales, en fin, los papás, o familiares de personas de todas las edades afectados por una adicción, suelen avisar a un centro para pedir que vayan por su familiar, y así empieza una historia.
Es una verdad que la vida en los centros de rehabilitación, o anexos, no es un paraíso, quizá el MARAKAME, sea una excepción con sus métodos científicos y bien implementados, pero pues un simple anexo que a veces funciona en una cochera, o en una casa particular cerrada, no tiene la capacidad económica para dar los servicios completos de rehabilitación.
Pero una cosa es real, los centros de tratamiento y rehabilitación quieren ayudar a las personas que luchan contra la droga, el alcohol o el abuso o la adicción a las sustancias. El enfoque del centro de rehabilitación es proporcionar ayuda para que estas personas reduzcan y luego eliminen su dependencia de manera segura.
Obtener ayuda puede significar diferentes cosas para diferentes personas y puede tomar muchas formas diferentes. El éxito del tratamiento no está determinado por la abstinencia inmediata y a largo plazo, sino cuando la persona realmente entiende su trastorno de consumo de sustancias y se siente cómoda buscando ayuda en caso de que ocurra una recaída.
Las personas con adicción a las drogas, pueden sufrir los efectos desagradables del síndrome de abstinencia cuando deciden abandonar el consumo por su cuenta. Algunos de los síntomas más comunes del síndrome de abstinencia son: Depresión y tristeza. Pensamientos incoherentes y erráticos. Ansiedad y sudoración. Alucinaciones e insomnio. Convulsiones y dolores de estómago.
Dolores musculares y dolores de cabeza intensos.
Para paliar estos síntomas del síndrome de abstinencia y conseguir que los pacientes inicien su proceso de desintoxicación de una manera amable y sin sufrimiento, lo ideal, deseable y además obligado, sería que cada anexo tuviese un médico especialista en adicciones, pero quizá aquí empiece parte del problema de estos centros, la gran mayoría no cuenta con un presupuesto para pagar a un médico que debería ser un psiquiatra que supiera del manejo del cerebro de estas personas adictas, y fuera dándoles las dosis y medicamentos adecuados en sendos tratamientos que pudieran un buen día, sacarlos del infame mundo de las drogas.
Pero pues los anexos lo que intentan a diario es darles de comer a los internos, algunos de estos centros cobran una mensualidad, otros más les exigen a sus propios internos que laboren para pagar su respectivo tratamiento, pero es un hecho ya descubierto desde hace mucho que la vida dentro de uno de estos anexos, es sumamente dura, cruel, salvaje, bárbara, feroz, brutal, y cosas parecidas a estas contra las cuales es difícil escaparse.
Además se habla de abusos sexuales a las jóvenes mujeres adictas que son internadas en estos lugares, de tal manera que se han registrado suicidios dentro de estos lugares, de algunos que no estaban preparados para enfrentar este tipo de vida en un anexo.
Muy bien, BENITO RODRÍGUEZ, visitará y sancionará en todo caso a los centros de rehabilitación que no obedezcan todas las reglas de funcionamiento, pero la gran pregunta es: ¿ a dónde echarán a los internos que estaban en tratamiento dentro de alguno de estos anexos que sean clausurados?, o simplemente los lanzarán a la calle, porque en algunos casos, ya ni sus parientes los quieren de vuelta en casa…vamos a ver en qué termina este asunto…hasta mañana
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