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Una disyuntiva compleja 

LA SERPENTINA 

POR GUILLERMO AGUIRRE 

Una disyuntiva compleja 

Dar el pez a los que no saben pescar, puede cambiar en forma positiva una vida, de acuerdo a estudios y experiencias mundiales. 

El doctor JOSÉ MEDINA MORA ICAZA, presidente nacional de la COPARMEX, en su reciente visita a Nayarit, dejó en el aire una pregunta ante el empresariado generador de empleos, y también generador de impuestos vía sus empresas, tal pregunta es en relación a los programas sociales que el gobierno federal implementó desde que llegó al poder la actual administración del señor ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR. 

El programa social en discusión o polémica, es el relacionado con apoyar en forma económica y directa a millones de mexicanos con dinero en efectivo, no con bienes materiales, no con el cuento de programas que mejorarán las calles, las escuelas, las carreteras, no con programas de apoyo a siembras, hospitales, aunque para todo lo anterior existen los respectivos programas ya implementados por la administración federal. 

El apoyo del que hablamos en este caso es el que se otorga a los hombres y mujeres de más de 65 años, y el de los llamados jóvenes construyendo el futuro, especialmente este último es el que es duramente criticado por el empresariado, pues consideran que no es dándoles dinero a los muchachos, como se logrará sacarlos adelante. 

En palabras del presidente de COPARMEX en México, en la organización que preside, se puso a consideración en relación al proverbio chino, sobre qué era mejor, dar un pescado o enseñarlos a pescar, esto es, si era mejor enseñar a los chamacos y chamacas a trabajar para que tuvieran un ingreso, de igual forma a las personas mayores que no tenían nada, darles un ingreso en efectivo en forma de apoyo, o bien, darles opciones de aprender un oficio o trabajo, que les de para siempre. 

Pues según el doctor JOSÉ MEDINA MORA ICAZA, ambas situaciones-dar el pescado o enseñar a pescar- se complementan y son necesarias, él dijo que una persona con hambre no puede aprender a pescar por su necesidad inmediata de satisfacer su necesidad alimenticia, por lo que es necesario primeramente darle su pez, y luego decirle cómo le haga para seguir obteniendo no un pez, sino tantos como su capacidad le permita. 

Pero de igual forma, una persona que sabe pescar, pero que no tiene dónde pescar, ni los implementos para hacerlo, requiere que se le apoye para que pesque y tenga más, e incluso pueda distribuir lo que pesca si tiene sobrantes. 

Sin embargo, durante las últimas décadas, algunos países han comenzado a aplicar variantes de este proverbio chino. Por ejemplo, en algunas comunidades pobres se observaba que, a pesar de la inversión en escuelas y profesores, los niños no acudían a la escuela. Esto se debía a que los niños tenían que trabajar para apoyar los ingresos de la familia. Para romper este círculo de pobreza, a partir de la década de 1990, países como México y Brasil comenzaron a transferir dinero a las familias más pobres a condición de que los hijos fuesen a la escuela, y cumplieran con algunos requisitos sanitarios, como la vacunación. Estos programas de ayuda a los pobres, que siguiendo el proverbio chino denominaríamos “Te doy el pez, si aprendes a pescar”, se han extendido por un gran número de países. Como señalaba  el Banco Mundial en uno de sus informes, la mayoría de los estudios de evaluación concluyen que los programas de transferencia de efectivo condicionados han mejorado los indicadores de salud y educación de los hijos de las familias más pobres. 

Al calor del éxito de estos programas, algunas personas se han preguntado si realmente las transferencias de efectivo deben tener condiciones aparejadas para que resulten efectivas. Como señalaba uno de los mayores expertos en desarrollo, dar dinero directamente a los pobres era algo impensable en los círculos de la ayuda al desarrollo. El argumento era que las personas pobres no sabrían cómo utilizar el dinero para salir de la pobreza, y lo malgastarían en tabaco y alcohol.  

Sin embargo, la ONG GiveDirectly, que cuenta con el respaldo de Google, ha cuestionado este argumento, y transfiere directamente dinero a las personas más pobres. Esta ONG le ha dado completamente la vuelta al proverbio chino y plantea “Dar el pez, en vez de enseñar a pescar”. 

Un reciente estudio, publicado en la prestigiosa Quarterly Journal of Economics, ha analizado el impacto de las transferencias de esta ONG en una comunidad pobre en Kenia. El trabajo muestra que las familias que recibieron una transferencia en efectivo destinaron parte de la renta adicional al consumo y parte a la inversión. Con relación al consumo, la renta adicional no se malgastó en alcohol o tabaco. Por su parte, la inversión se realizó en herramientas o en ganado, lo cual permitió a las familias aumentar su ingreso de una forma estable. Sin embargo, estas familias no aumentaron sus gastos en educación o en sanidad. Los autores también encuentran una mejora significativa en la salud psicológica de las familias que recibieron la transferencia.  

Finalmente, los autores comparan si las familias en las que la mujer gestionó la transferencia tuvieron mejores resultados que las familias en las que lo hizo el hombre. A diferencia de estudios anteriores que concluían que la mujer gestiona los fondos de manera más adecuada para la unidad familiar, el presente estudio no encontró ninguna diferencia. 

En resumen, dar el pez, puede significar el cambio para miles de personas que nunca tendrían el beneficio de una transferencia económica de otra forma, y que por supuesto pueden redimir su vida …hasta el lunes

 

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